La noticia de un embarazo suele ser un momento propicio para la alegría y celebración. A pesar de las dificultades económicas o de salud que puedan atravesarse, una madre siempre estará dispuesta a luchar por la vida de su hijo.
Y si de luchas se trata, una mujer de Florida ha demostrado ser la más grande de las guerreras al enfrentarse al cáncer de mama durante su embarazo.
Jessica Purcell, de 36 años, es reservista del Ejército de Estados Unidos y trabaja como civil para la Fuerza Aérea de su país.
El año pasado esta madre fue diagnosticada de carcinoma ductal invasivo, el tipo más común de cáncer de mama, a las 9 semanas de embarazo de su segundo hijo.
Aunque su cáncer de mama fue diagnosticado el año pasado, se presume que Jessica tenía la enfermedad incluso antes de dar a la luz a su primera hija Josephine.
En el 2017, Jessica notó un ganglio inflamado en su axila y consultó con su médico pero este creyó que se debía a los cambios hormonales debido a su embarazo y no prestó mayor atención.
El asunto quedó olvidado hasta que en abril del año pasado, Jessica amamantaba a Josephine y se percató de un bulto en su seno.
En ese momento, la mujer programó una cita para realizarse una mamografía pero la canceló al descubrir que estaba embarazada por segunda ocasión.
Lamentablemente, Jessica sufrió un aborto involuntario y entre su perdida postergó la realización de la mamografía.
La reservista quedó embarazada nuevamente y a las 8 semanas de gestación, su médico notó una anomalía en su seno. Una semana después, la había diagnosticado con cáncer.
«El médico me dijo: ‘Esto es cáncer’, y ni siquiera creo que haya hablado. Me quedé sentada en silencio. La única forma en que sé cómo describirlo es que el tiempo se detuvo por completo», dijo Purcell.
La mujer decidió seguir adelante con su embarazo mientras se sometía a su tratamiento contra la enfermedad.
Jessica se sometió a una mastectomía radical de su seno izquierdo y una disección de los ganglios linfáticos axilares de su brazo izquierdo.
En noviembre del año pasado y con 21 semanas de embarazo, Jessica inicio su tratamiento de quimioterapia. La Sra. Purcell recibió un total de 12 ciclos de quimioterapias en el Moffitt Cancer Center en Tampa.
Este proceso no fue nada sencillo para Jessica, quien descidió buscar ayuda en un grupo de Facebook para mujeres que batallan contra el cáncer en pleno embarazo.
Las posibilidades de que los medicamentos de la quimioterapia perjudicaran al bebé le atemorizaban mucho.
«Me dijeron: ‘Si quieres vivir para ser una madre para la hija que tienes y para ser una madre para tu nuevo bebé, tienes que hacer esto. No tienes tiempo’, recordó.
El 11 de marzo nació Jameson, el segundo hijo de Jessica. El niño nació sano a través de una cesárea programada a las 38 semanas de embarazo.
El nombre del pequeño fue elegido en memoria del abuelo de Jessica, quien murió de cáncer cuando ella tenía 10 años.
Durante la cesárea, los médicos notaron otro tumor en uno de los ovarios de la mujer así que decidieron extraerlo junto a sus trompas de Falopio.
Después de una autopsia descubrieron que el tumor era benigno, excelente noticia para esta familia tras tantas dificultades.
En marzo, Jessica tenía consigo a su bebé pero continuaba luchando contra el cáncer.
La mujer se sometió a cuatro ciclos más antes de tocar la campana para anunciar que había terminado con sus quimioterapias. Tras la dura batalla que libró por salvar su vida y la de su hijo, sus lágrimas al tocar la campana son totalmente comprensibles.
«El mensaje que quiero transmitir a todas las mujeres que viven mi situación es que no pierdan la esperanza. No renuncien a su fe porque es totalmente factible. Mi pequeño es un milagro viviente», dijo Purcell.
El emotivo momento quedó registrado en este vídeo.
Jessica continúa su recuperación física y emocional después de la dura batalla que ha librado contra su enfermedad. Debido a los medicamentos recibidos no puede amamantar a su pequeño y se espera que a finales de mayo inicie con un tratamiento de radiación por seis semanas.
Esperamos que esta mujer pueda recuperarse totalmente de su enfermedad y disfrutar de su vida con sus niños. Mientras, nos contenta saber que ha terminado sus quimioterapias.
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