Los mayores merecen disfrutar de sus últimos años de vida descansando, disfrutando de la compañía y amor de su familia mientras padecen los estragos de la edad. A medida que envejecen se incrementan los riesgos de padecer enfermedades, disminuyen las capacidades cognitivas, motrices y físicas, no están en condiciones de trabajar.
Pero este anciano de 91 años era mantenido como un esclavo, se robaban el pago que recibía por su jubilación y le daban apenas 3,94 euros al mes (200 pesos argentinos).
El hecho salió a la luz gracias a una denuncia emitida por la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) de Venado de Tuerto, una provincia de Santa Fe.
El pasado mes de febrero comprobaron que el anciano sobrevivía en condiciones deplorables en un campo desde hace más de 12 años.
Las autoridades irrumpieron en la vivienda y hallaron un frigorífico oxidado, una mesa y apenas un frasco de azúcar, una botella de aceite y enseres viejos.
La suciedad impedía ver qué había en el interior de la segunda habitación de la vivienda que tenía piso de tierra y una construcción de ladrillo, sin baño, ni mobiliario. Solo había una cama.
La identidad del anciano será reservada para respetar el proceso de investigación de las autoridades, él vivía allí desde el año 2007, trabajaba en tareas de cría de ovejas y aves por el pago de 200 pesos.
El anciano debía cobrar su jubilación, pero el propietario de la finca lo llevaba hasta el lugar donde retiraría el dinero para quedárselo.
A través de un llamado anónimo salió a la luz el caso que terminó con el allanamiento del lugar donde mantenían esclavizado al anciano el pasado viernes.
El pasado 18 de febrero un representante de la institución que hizo la denuncia junto al equipo del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Estibadores se presentó en el lugar.
El anciano confesó que con el sueldo que recibía no se podía comprar prácticamente nada, mientras que su jefe alegó: “Él no cobra sueldo, si y atiene la jubilación para qué le voy a pagar”.
El día siguiente fue presentada la denuncia ante el Ministerio de Trabajo local. La investigación comprobó que el anciano habitaba una vivienda de condiciones precarias y deplorables.
Finalmente, el juez ordenó un allanamiento en el que fue rescatada la víctima, le compraron ropa y zapatillas y fue trasladado a un hospital para evaluar su estado de salud.
Su caso ha conmovido a miles de personas que se han sensibilizado con el trato injusto y cruel que recibía.
Afortunadamente pudo ser rescatado y tendrá una mejor calidad de vida gracias a la denuncia oportuna que recibieron las autoridades. Compártelo.