El cáncer no es sólo una enfermedad difícil y dolorosa para el paciente y sus familiares, sino que su tratamiento es realmente costoso y en mayor parte de los casos implica recurrir a campañas benéficas o actividades pro-fondos para cancelar las cuentas médicas.
Por ese motivo resulta inaceptable la situación de una maestra de la Escuela Primaria Glen Park, en San Francisco. Esta mujer, además de enfrentarse a un cáncer de mama y a las deudas que esto implica, debe invertir su salario para cancelar el pago de un maestro sustituto para sus alumnos.
La docente ya ha gastados sus días de reposo por enfermedad y ha empezado a usar sus días de licencia extendida para justificar su ausencia.
Sin embargo, esto implica que sea ella quien corra con el pago de un maestro auxiliar para los estudiantes que están a su cargo.
Ante esta situación, los representantes de la comunidad escolar de Glen Park están indignados y respaldan a la maestra, quien ha decidido mantener su identidad bajo anonimato y resguardar su privacidad ante la problemática.
«Como padres estamos indignados e incrédulos, porque esto no puede ser. Debe haber algún error», dijo Amanda Fried, cuya hija asiste a la escuela Glen Park.
A pesar de lo injusto que pueda verse el asunto, la maestra de segundo grado no puede negarse a cancelar el pago de su sustituto.
El distrito escolar se encarga de descontar el salario del maestro auxiliar directamente del salario de la docente en reposo.
Como muchos asuntos burocráticos, la justificación reside en leyes algo confusas. Al parecer los maestros en California no pagan el programa de seguro por discapacidad.
Debido a esto, aquellos maestros que se van de vacaciones por cuestiones médicas durante más de cinco meses cancelan el costo de un sustituto, que es retirado directamente sus cheques de pago.
El pago del suplente es deducido del cheque, incluso en los casos en los que la escuela no ha contratado a ninguna otra persona. Un hecho que resulta aún más injusto, tanto en el caso de esta maestra como en el de cualquier otra.
Sin embargo, esta no es una ley nueva. Este código ha estado vigente por más de 70 años y ante las quejas que se han puesto al Distrito Escolar, en solidaridad con la maestra, parece que han decidido escudarse en cuanto al tema.
«Esto no es exclusivo de San Francisco. Esta no es una regla exclusiva del distrito», explicó la portavoz del Distrito Escolar Laura Dudnick.
Da la impresión de que, ante este lamentable caso, el Distrito Escolar ha decidido enseñarles a los niños y representantes que la vida no siempre es justa. Por triste que resulte la enfermedad de esta mujer y su condición, para la burocracia estará primero la ley que los derechos y la humanidad de las personas. Algo verdaderamente lamentable.
No te vayas sin compartir esta noticia. Las redes sociales han sido un portal importante para las denuncias y en ocasiones ejercen un fuerte presión ante los encargados de legislar y decidir sobre este tipo de casos.