Desde que el pasado 28 de marzo, Bonnie Kimball fue despedida por la empresa de catering para la que trabajaba desde hace 5 años, una ola de solidaridad se desató en las redes por considerar la decisión de prescindir de sus servicios totalmente injusta.
La mujer trabajaba para una subsidiaria de Cafe Services en la caja del comedor escolar de la Escuela Regional de Mascoma Valley, en New Hampshire, Estados Unidos.
Bonnie se habría dejado llevar por lo que le dictaba su corazón en ese momento, y al ver que un pequeño en la fila no tenía dinero para pagar su comida, un menú de 7 euros, le advirtió en voz baja que le «dijera a su madre que al día siguiente le pusiera dinero en su cuenta», antes de entregarle su comida.
El suceso causó una gran polémica a nivel mundial, ya que muchos de sus compañeros de trabajo se solidarizaron con Bonnie rechazando rotundamente la decisión de la empresa. E incluso otros renunciaron. La pobre mujer sólo quiso actuar correctamente y no pudo dejar a un niño sin comer.
Obtuvo muchas muestras de apoyo, sin embargo otros insistieron en que las normas en este tipo de empresas son claras, y que si «quería ayudar al pequeño lo tenía que hacer de su bolsillo y no con el dinero de la empresa».
Bonnie recibió una carta de su empleador donde le comunicaban claramente que había violado la norma de la política de cobros y confirmaban su despido.
A pesar de que el niño pagó el dinero al día siguiente, la empresa no le perdonó su error, porque al parecer el pequeño habría tomado otros alimentos que no eran parte del menú.
Bonnie era una trabajadora intachable y un ser humano de calidad. Por lo que incluso el sindicato New Hampshire Union Leader también le extendió una masiva muestra de apoyo en Twitter.
Ante todo el rechazo causado en las redes, la empresa se retractó y le ofreció una disculpa a Bonnie y quiso readmitirla, pero la mujer no la aceptó. Ella sabía que había obrado bien y que tarde o temprano otra puerta se le abriría.
Y la maravilla de esta historia que se hizo tan viral es que finalmente su sabia decisión tuvo la mejor recompensa. Un chef de renombre internacional tuvo conocimiento del suceso, y no dudó en ofrecerle trabajo.
Se trata del chef español José Andrés, conocido por su faceta solidaria y su candidatura al Nobel de la Paz, quien a través de su cuenta de Twitter ha querido mostrar su apoyo a Bonnie.
«¡Una trabajadora del comedor de una escuela de New Hampshire ha sido despedida por dar de comer a un estudiante que no podía pagar! La heroína es Bonnie Kimball! Si necesita trabajo tenemos las puertas abiertas en Think Food Group. ¡Si la conoces, házselo saber!», escribió el chef en Twitter.
El chef de 49 años ha revelado que tiene previsto abrir nuevos restaurantes de la cadena The Think Food Group, por lo que en caso de que Bonnie quiera aceptar la generosa propuesta, él no tendrá problema en contratarla.
Bonnie, por su parte, declaró lo asombrada que estaba por todo el impacto que había generado el despido:
“Cuando salí de la escuela el día que me despidieron, todo lo que pasaba por mi cabeza fue que no podría volver a mostrar mi rostro. La gente pensaría que era una ladrona”.
Pero afortunadamente, quien ríe al último, ríe mejor. Comparte el feliz final de este suceso que dio tanto de qué hablar en las redes.