El pueblo waorani de Pastaza, una tribu indígena de la Amazonía ecuatoriana que ha vivido por muchas generaciones en la selva tropical, vio amenazada la tranquilidad de este hogar ancestral.
Una compañía petrolera planeaba perforar petróleo en toda la zona, pero la tribu defendió aguerridamente sus derechos sobre estas tierras.
La selva amazónica es un amplio territorio que comprende nueve países y es conocida como el área boscosa más densa y grande del mundo. Cuenta con una rica y variada fauna y flora, albergando en ella muchos de los indígenas que quedan en el planeta.
El gobierno ecuatoriano estaba haciendo negocios con algunas empresas petroleras trasnacionales, para la extracción de petróleo en las tierras de los waorani.
Así fue como llegaron a esta vasta zona, un grupo de hombres que defendían los intereses económicos de las empresas petroleras. Los indígenas, confundidos, no se daban cuenta que firmaban algo que ponía en peligro lo más valioso que ellos tenían, sus tierras.
«El gobierno trató de vender nuestras tierras a las compañías petroleras sin nuestro permiso. Nuestra selva tropical es nuestra vida. Decidimos lo que sucede en nuestras tierras”, dijo Nemonte Nenquimo, presidente de la Organización Waorani Pastaza.
Pero la tribu no se quedó de brazos cruzados, decidieron enfrentar legalmente ante tribunales las acciones engañosas del gobierno y las empresas para defender sus derechos. Así que persistieron hasta que ganaron la demanda.
“Hoy, los tribunales reconocieron que el pueblo waorani y todos los pueblos indígenas tienen derechos sobre nuestros territorios que deben ser respetados. Los intereses del gobierno en el petróleo no son más valiosos que nuestros derechos, nuestros bosques, nuestras vidas”, afirmó Nenquimo.
Este ha sido un logro en pro del respeto de los derechos de los pueblos indígenas sobre sus tierras. Son ellos los que deben decidir sobre su futuro, en función de los más altos intereses del colectivo.
Al detener las amenazas de cualquier proyecto extractivo en la selva se está protegiendo al medio ambiente, que ya bastante daño ha sufrido por el uso y abuso indiscriminado del hombre.
Los waorani están conscientes de que no deben descuidarse, la lucha no ha terminado. Saben que el gobierno apelará porque aún quieren el petróleo que está en el subsuelo, y ellos están preparados para seguir haciendo valer sus derechos.
Es maravilloso saber que la selva amazónica está reguardada por sus verdaderos dueños, personas que la aman y defienden de las medidas amenazantes de parte de grupos mezquinos que solo buscan su interés económico a toda costa.
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