En ocasiones podemos cometer algunas imprudencias cuando vamos detrás del volante. Y, por inocente que esta parezca generalmente implica una sanción de las autoridades en caso de que hayamos infringido la ley de tránsito.
Ir a una velocidad mayor de la permitida, pasarse una luz o hacer un mal giro pueden ser algunas de las imprudencias que se cometen sobre todo cuando se tiene mucha prisa.
Algo parecido le ha sucedido a una mujer de Virginia, quien por ir apurada a una entrevista de trabajo no se percató de que algo estaba funcionando mal en su auto, hasta el momento en que la detuvo una patrulla policial.
Chy-Niece Thacker quedó estupefacta al sentir las sirenas y el llamado de alto que le hacía un oficial de policía. La mujer no entendía qué podía haber hecho y sólo sabía que iba contra reloj a su entrevista de trabajo, así que buscó de inmediato sus papeles.
Pero su asombro fue mayor al conocer el motivo por el cual se le había ordenado detenerse. Las luces traseras del auto de Chy-Niecer no estaban funcionando, algo que la asombró pues había pagado por su ajuste unas semanas antes.
La mujer le explicó al oficial de policía, Jenkins, del condado de Henrico en Virginia, que ya había hecho una pequeña reparación a sus luces. Aunque, no pudo arreglarlas por completo porque el mecánico quiso cobrarle 600$ sólo por un segundo chequeo.
Frente a esta situación, el oficial Jenkins le dijo a la dama que podía guardar sus documentos y le pidió que abriera la cajuela del auto.
Esto extrañó a la mujer, quien desconcertada decidió hacerle caso pero no sin antes tomarle un par de fotografías al sujeto.
Chy-Niece Thacker no lo podía creer pero el oficial comenzó a chequear el cableado de la cajuela y se puso a reparar la falla de las luces.
Este gesto no sólo sorprendió sino que cautivó a la mujer, quien agradecida no dudó en compartir su experiencia con sus amigos.
“Él fácilmente podría haberme dado un boleto, pero el oficial Jenkins salió del papel oficial y entró en el papel mecánico para asegurarse de que yo estaba bien”.
La agradecida mujer relató lo ocurrido en una publicación de Facebook y las reacciones surgieron de forma casi inmediata. Miles de personas comentaron y compartieron su post. La mayoría de los usuarios se mostraron agradecidos con el oficial e instaron a que otros actúen del mismo modo en que Jenkins lo hizo.
El oficial fue alabado no solo por el público, sino por sus propios compañeros con unas felicitaciones públicas compartidas en el Facebook de la Policía de Henrico.
Realmente este sujeto es de esos oficiales que saben de ética y entienden su profesión, pues poseer un uniforme no significa que tienen mayor poder sino que están allí para servir a la comunidad y ¡Vaya que el oficial Jenkins supo hacerlo!
Antes de irte comparte esta historia e invita a todos a reflexionar sobre este tipo de gestos. Que la acción de este hombre se multiplique y todos los policías sean verdaderos ejemplos.