Los niños no tienen noción del peligro, actúan en función de sus instintos y necesidades mientras descubren el mundo y aprenden a expresar y regular sus emociones.
Sobre todo, durante sus primeros años de vida no tienen la capacidad de reconocer los riesgos de determinadas acciones y contexto.
Por eso es tan importante que los pequeños reciban atención y vigilancia permanente de parte de sus cuidadores para prevenir accidentes que incluso pueden ser fatales.
Los niños pequeños suelen usar la vía oral para percibir texturas, sabores, se sienten motivados a introducir en su boca muchos objetos cotidianos. Para los padres es un verdadero desafío poder controlar su comportamiento a tiempo completo.
En cuestión de segundos puede ocurrir un incidente, por ejemplo, que un niño se trague una batería.
En esta oportunidad salen la luz estremecedoras imágenes que muestran lo que ocurre pocas horas después de que un niño ingiriera una batería.
Saran Hunstead, fundado de CPR Kids, difundió las imágenes de que lo hace una pila de botón al estómago de un niño después de tragársela con un intervalo de tiempo entre treinta minutos y cuatro horas.
Para la demostración se usó la piel de filetes de pollo. En su página de Facebook comparten publicaciones al respecto.
Después del experimento casero Sara comentó:
“Esto es para mostrar lo corrosivas que son las baterías de este tipo”, dijo Sarah.
“La primera foto fue tomada solo treinta minutos después de la exposición a la batería, la segunda cuatro otras después.
“Realmente esto muestra cuánto daño puede causar que un niño ingiera una batería, por eso se considera una emergencia médica. Lo más importante es saber cómo ayudar al niño».
En Estados Unidos y en Australia las estadísticas de este incidente son alarmantes. Aproximadamente cuatro niños acuden a emergencias cada día por haberse tragado una batería, los menores de cuatro años presentan el peor pronóstico.
“Muchas baterías del tamaño de una moneda pueden parecer invisibles, sobre todo para los padres que las tienen instaladas en sus dispositivos”, dice el portal web de The Battery Controlled.
Recomiendan que para disminuir el riesgo se busque en el hogar cualquier artículo que pudiera contener baterías pequeñas y colocarlo fuera del alcance de los niños.
Además, sugieren mantener las baterías sueltas o de repuesto bajo llave.
Para realizar el experimento Sara colocó la pila sobre el filete de pechuga de pollo y revisó los cambios desde la primera media hora. Notó que a las cuatro horas las marcas y quemaduras eran marcadas y generalizadas, las lesiones empeoraban.
Cuando una batería de botón de litio se queda atascada en la garganta de un niño la saliva produce una reacción similar a la de la corriente eléctrica.
Esto hace que se produzcan quemaduras graves, sobre todo en el esófago.
“Si esto le ha ocurrido a tu hijo, es probable que empiece a toser, a babear, o quejarse de las molestias”, dijo Sara.
Los usuarios de las redes, sobre todo quienes son padres, se mostraron sorprendidos y alarmados por el experimento. La mayoría comentó para agradecer a Sara por haber compartido la útil información.
“Mi hijo se tragó una cuando tenía tres años, era del tamaño de una moneda de diez céntimos”, relató una madre.
“La moneda permaneció en su estómago hasta que nos enviaron al hospital de niños. Le había quemado el revestimiento del estómago y su esófago estaba gravemente lesionado”, agregó.
Otra persona alegó: “No entiendo por qué no han dejado de colocar las pilas de botón en los juguetes de los niños”.
El experimento puede ayudar a muchas familias a prevenir incidentes en casa así que no te vayas sin difundirlo.