Aubrey García es una hermosa niña de siete años de Plainville, Kansas que nació con espina bífida, un problema congénito que le dificulta caminar y también causa debilidad en los músculos de sus piernas y la espalda.
Pero, a pesar de esto, la pequeña soñaba con participar en una carrera de pista como lo hacían sus hermanas.
Cuando Aubrey Chelsea tenía veinte semanas de gestación, un ultrasonido arrojó un triste hallazgo, la niña tenía un problema en la columna vertebral y en un ventrículo de su cerebro. Los resultados del estudio fueron llevados a un especialista fetal quien confirmó el diagnóstico, la pequeña nació con espalda bífida.
«Estaba de pie en el mostrador de mi cocina cuando mi obstetra me llamó para informarme, y solo recuerdo lo aterrorizada que estaba al no saber nada de esto.
Luego llamé a su padre y le transmití la información. Los dos nos sorprendimos y nos preguntamos: ¿Por qué nuestra hija?, dijo la abatida madre.
Con solo un día de nacida, Aubrey García fue intervenida quirúrgicamente por primera vez.
«Esto incluyó una cirugía para reparar su defecto espinal que había dejado su médula espinal sobresaliendo en un saco fuera de su espalda, así como colocar una derivación VP utilizada para ayudar a drenar el líquido cefalorraquídeo extra de su cerebro a su abdomen», comentó la madre de la niña.
Después le hicieron una segunda intervención, ha estado utilizando diversos tipos de implementos, ha asistido a muchas terapias físicas y ocupacionales.
El primer gran reto fue intentar pararse, después se esforzó en caminar agarrándose de los muebles, posteriormente utilizando andadores y muletas.
A los seis años empezó a caminar distancias cortas sin la ayuda de las muletas, hasta que pudo caminar sola. Pero Aubrey no estaba del todo satisfecha. Veía a sus hermanas activas y participando en las actividades de su comunidad, y ella también quería hacerlo.
Así fue como se enteró de que se realizaría un evento llamado Little Cardinal Track Meet en el que tenían previsto realizar una carrera de 50 metros. Decidió correr allí y aprovechó las prácticas de sus hermanas para prepararse mejor.
«Aubrey asistía a todas las reuniones de pista, y practicaba periódicamente correr arriba y abajo de la pista mientras sus hermanas esperaban su turno en los eventos de lanzamiento», afirmó la orgullosa madre.
Al llegar el ansiado momento, los familiares asistieron para apoyarla. Estaban ansiosos conteniendo la respiración.
La niña se tropezó antes de alcanzar la meta, los demás niños ya habían llegado, pero ella siguió adelante. Fue un instante maravilloso, los asistentes se volcaron a animar a la pequeña quien se esforzó al máximo. Su cara reflejaba la alegría que la embargaba, Lo había logrado.
La chiquilla espera con ansias la próxima carrera y tiene la esperanza de participar en las Olimpiadas Especiales cuando alcance la edad establecida. ¡Bravo por la pequeña Aubrey!
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