Cuando Hannah y Sully Peters recibieron la noticia de que se convertirían en padres sabían que su vida cambiaría para siempre. No tardaron en prepararse para la llegada del nuevo miembro de la familia y en medio de los constantes chequeos médicos recibieron una terrible noticia.
La familia Peters vive en la ciudad de Charlotte en Carolina del Norte.
Los médicos habían empezado a notar que algo no andaba del todo bien con el bebé. Podían confirmar que se trataba de un embarazo de alto riesgo pero todavía no estaban seguros de qué se trataba.
Algunas pruebas revelaban que habían problemas con el desarrollo de sus huesos, pero hasta que no llegara el momento de su nacimiento no podrían hacer un diagnóstico.
Los médicos pensaban que Jude nacería con una displasia.
Con mucho miedo, Hannah siguió adelante y se concentraba en darle todo el amor posible a su pequeño. Una vez que nació, Jude Peters se robó por completo el corazón de sus padres. Por desgracia, su salud era sumamente frágil y finalmente lograron diagnosticar su condición.
Los médicos lograron diagnosticar a Jude cuando tenía dos días de haber nacido.
Se trataba de condrodisplasia puctata rizomélica clásica, mejor conocida como RCDP. Es una extraña forma de enanismo que reduce terriblemente la esperanza de vida de los afectados.
Se produce cuando hay una alteración en el metabolismo peroxisomal y los pulmones, esqueleto y cerebro se ven muy afectados. La condición de Jude Peters era tan avanzada que los médicos le dijeron a sus padres que no podrían compartir tanto tiempo como esperaban con su primer hijo.
“Nos rompió el corazón. Lo más difícil era saber que tendría una vida tan corta y que jamás podría caminar, hablar o comer”.
La familia Peters se aseguró de buscar los mejores especialistas en la zona. En el hospital en el que Jude había nacido nadie sabía realmente mucho sobre su extraña condición, así que viajaron a Delaware. En el Hospital Infantil Al DuPont había varios especialistas para niños con RCDP. Desde entones comenzó una larga travesía.
El 60% de los niños con RCDP fallecen antes de cumplir un año de edad y el otro 30% antes de los 24 meses.
Jude fue sometido a una serie de cirugías y en contra de los peores pronósticos hoy ha logrado cumplir 5 años de edad. Su condición sigue siendo muy delicada y sus padres todavía están tratando de adaptarse al vaivén de emociones que implica cuidar por la salud de Jude, pero no caben en sí de alegría al ver lo lejos que han llegado
“Esperamos que siga teniendo una vida muy feliz. Tiene un sistema respiratorio muy delicado así que tenemos que cuidarlo mucho porque puede atrapar ciertos virus con mucha facilidad”.
Lo que más adora este niño tan especial es bailar, y esto fue precisamente lo que hizo en el maravilloso día de su quinto cumpleaños. Esta sufriendo una infección así que pasó el día en el hospital, pero varios médicos y enfermeras se aseguraron de bailar y celebrar junto a él un logro tan inesperado.
Mientras todos bailan y celebran su cumpleaños se puede ver una pequeña sonrisa en su rostro.
Su familia ha decidido compartir su historia para ayudar a crear conciencia sobre esta dura condición y lo mucho que afecta la vida de cientos de niños. Esperamos que este gran luchador pueda disfrutar al máximo de cada segundo junto a sus seres queridos.
No hay duda de que es un bebé muy especial que seguirá inspirando a muchos. Comparte su historia para apoyar a todos los bebés que sufren RCDP.