Conducir un autobús escolar puede no ser el mejor empleo para muchos. A medida que van subiendo los chicos el ambiente puede tornarse más intenso con sus travesuras y bromas de la edad. Además, el conductor es responsable de la integridad y control de los chicos así que más de uno deseará tener ojos en su espalda, cosa que sabemos resulta imposible.
Pero hay un chófer en Dallas, Texas, que ofrece más que sólo un paseo y disfruta al máximo su trabajo. A Curtis Jenkins le encanta entregar a los pequeños estudiantes del Lake Highlands Elementary. De hecho, para él los niños se han convertido en su familia.
«Estos son mis hijos. Estos son mi comunidad. Los amo a todos», dijo Curtis.
Como en una gran familia, Curtis ha asignado a los chicos un rol y deber dentro del autobús escolar. Pero cada cargo es bastante particular.
Durante el viaje nos toparemos con oficiales presidenciales que se encargan de mantener la seguridad en el pasillo, y hasta a la asistente del presidente que organiza y administra el lugar.
De este modo, cada niño se siente incluido y disfruta del viaje a la escuela todas las mañanas. Según el Sr. Jenkins, se ha encargado de crear “una utópica realidad” dentro del bus amarillo. En el lugar cada pequeño se aprecia y respeta.
«Puse tiempo, esfuerzo, amor y cuidado, entendiendo a todos y cada uno de esos niños», dijo Curtis.
¡Y vaya que ha invertido en los chicos! Este chófer es como un verdadero padre, en sus años de oficio no ha dudado en sacar de su propio bolsillo para ayudar a cualquier niño. Curtis ha regalado un par de bicicletas, tarjetas de cumpleaños, dulces y en una ocasión llegó a comprar un pavo para Acción de Gracias, pues la familia del pequeño no tenía cómo pagarlo.
“Le di a esta chica una camiseta con una foto de un libro que hizo. Espero que esta camiseta la inspire a seguir escribiendo libros», dijo Curtis.
Pero los niños no lo aman por sus regalos, sino que el hombre ha sabido ganarse su amistad y cariño con las acciones más simples.
«Él realmente se preocupa por nosotros y él es realmente amable. Ayuda a cualquiera que lo necesite», dijo Ethan Ingle, un estudiante de quinto grado.
Para mucho de estos niños, el viaje en autobús se ha convertido en la mejor parte de su día. En ocasiones, alguno de los chicos ha tenido algún problema en casa o está pasando por una situación difícil y encuentra en Curtis el apoyo de un padre.
«Mi madre se divorció cuando solo tenía 4 años. Él es el padre que siempre quise. De alguna manera, desearía que mi padre hubiera sido así», dijo Ethan.
La historia de este hombre simplemente nos demuestra cuán equivocado están aquellos que piensan que un trabajo como conducir un autobús escolar es menos importante.
La verdad, Curtis ha dado un valor agregado a su profesión gracias al amor y la dedicación con el cual lo desempeña. Muchos padres podrán sentirse tranquilos pues sus hijos están seguros bajo la conducción de este amigable chófer.
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