Dicen que los ojos son las ventanas del alma, que a través de la mirada podemos decir lo que sentimos y que muchas veces callamos. Para muchas personas su historia de amor comienza con una mirada, una pura y sincera que conecta a las almas que están destinadas a permanecer juntas.
Alisa Valdés tiene 50 años de edad, es de Nuevo México y la protagonista de nuestra historia. Ella conoció al amor de su vida en una aplicación de citas, Michael fue el hombre que la hizo creer en amor después de mucho tiempo, Alisa es de las personas que creen que si quieres encontrar la verdad solo basta con mirar a alguien a los ojos.
Cuando ella miraba a Michael solo veía bondad pura, luz y alegría.
Sin duda, todo eso fue él para su vida, solo había algo que no dejaba que Alisa se entregará por completo. Él era 20 años menor que ella, un número que parecía limitar las acciones de Alisa pero que para Michael solo era una cifra.
Sus primeras conversaciones siempre fueron en línea, a pesar de que ella insistía que era muy mayor para ella Michael apostaba por encuentro en físico e intentar al menos ser amigos.
Alisa pensó que ese argumento era típico de alguien que no quería ser solo amigo.
Ella había tenido malas experiencias y estaba pensando que la diferencia de edad era una señal para parar y redireccionar su decisión. Pero él era insistente, no se daba por vencido y logró un encuentro con Alisa. Michael era de Nueva Jersey un hombre que hablaba confiado y sonaba amable.
El primer encuentro se dio en O´Neills, un pub irlandés cerca de Nob Hill en Albuquerque.
Un lugar cerca de la casa de Alisa, Michael sabía que era madre soltera y quería hacer las cosas más fáciles para ella. Un bonito gesto que Melisa al principio interpretó como raro porque en sus relaciones pasadas los hombres siempre eran exigentes y controladores.
Sin embargo, a medida que fue transcurriendo la conversación Alisa sintió confianza en Michael, le inspiraba una paz difícil de comparar.
Alisa pensó que era una de esas personas jóvenes con sabiduría de alguien mayor.
Michael era patriótico a su manera, no toleraba la política, amaba los animales, pero sobre todo era un ateo progresista. Su manera de vivir y ver la vida inspiraban a Alisa, le resultaba atractivo físicamente, solo había un inconveniente, dos décadas menor que ella limitaban la limitaban.
Tenía miedo de acercarse a él porque lo amaba.
A pesar que Alisa sentía que él era el indicado siempre buscó razones para mantener distancia, la diferencia de edad, educación y creencias eras sus principales argumentos. Michael nunca se rindió, la invitó a conocer a sus familiares y amigos y se convenciera que sus intenciones eran verdaderas. El tiempo pasaba y seguían compartiendo pero no como pareja.
Alisa sentía que el merecía una mujer joven y guapa aunque él prefería a una madura y conservadora.
Michael siempre buscaba la manera de hacerse presente aunque no estuviera cerca, los mensajes era uno de los tantos medios, fue precisamente la ausencia de uno que hizo pensar a Alisa que por fin se había rendido y encontrado una mujer joven.
Así que decidió revisar su perfil de Facebook y verificar el estado de su relación. Su gran sorpresa fue encontrarse con un anuncio de funeral.
Un estado que la hizo cuestionar la vida y valorar los sentimientos.
Michael estaba muerto, había fallecido tras complicaciones en una operación, sus familiares y amigos daban las condolencias en su perfil. Alisa no lo podía creerlo. Lloró por dos semanas y se suspendió en un largo vacío, ella intentó no amarlo pero lo amó con toda su alma y nunca se lo dijo.
Amar es el sentimiento más grande del mundo. Comparte la nota para que todos nos motivemos a expresar nuestros sentimientos antes de que sea demasiado tarde.