Cuando una familia es reconocida por alguna actividad especial generalmente las distintas generaciones llevan ese amor y esa pasión como un tatuaje en el alma, perfeccionándose cada vez más en eso que ha marcado la diferencia con el resto.
Es el caso de la familia Wallenda, que ha sido una compañía apasionada conocida como los Flying Wallendas por realizar hazañas de alto riesgo, especialmente sobre una cuerda floja durante generaciones.
Sus antepasados viajaban haciendo shows que reunían a acróbatas, aéreosistas, adiestradores de animales, malabaristas y trapecistas.
Desde sus orígenes que data del año 1780, en Austria-Hungría, no solo se han caracterizado por el amor y el profesionalismo a este tipo de actividades, sino que nunca usan redes en sus shows en vivo o en sus ensayos.
En 1978, Karl Wallenda, de 73 años, perdió la vida en una alta cuerda colgada entre dos edificios en Puerto Rico. En 1962, el sobrino de Karl Wallenda y su yerno fallecieron y su hijo quedó paralizado, después de que una pirámide de siete personas colapsara durante una presentación.
Los hermanos Nik y Lijana Wallenda, acróbatas de la séptima generación regresaron a lo grande para cruzar el Times Square, en Nueva York, después de terrible accidente en el 2017, cuando Nik estaba con ocho artistas ensayando la formación piramidal y Lijana perdió el equilibrio.
Cinco de los artistas cayeron dramáticamente al suelo, mientras que los otros tres quedaron suspendidos y enredados en un cable. El personal del Circo de Sarasota los ayudó inmediatamente.
Lijana se rompió casi todos los huesos de la cara y perdió la memoria por el golpe. Afortunadamente y de manera inexplicable no hubo vidas que lamentar. Fue un milagro.
Antes de comenzar a caminar entre los rascacielos de Times Squar, 25 pisos por encima del pavimento fueron bendecidos por el pastor Joel Osteen, orando por los hermanos Wallendas, quienes en todo momento agradecen la oportunidad de hacer lo que les gusta y apasiona.
«Gracias, Jesús, gloria para ti, Dios santo» fue lo que dijo Lijana mientras cruzaba el cable entre los rascacielos.
Los hermanos iniciaron el recorrido desde los extremos opuestos del cable con casi 400 metros de altura, suspendidos entre las torres y cruzados a la mitad del camino.
Para este evento ambos llevaban arnés de seguridad atados por mandato de la ciudad.
Cuando los hermanos llegaron al medio, Lijana se sentó en el cable mientras su hermano quitaba el arnés de seguridad lo pasaba entre sus piernas para volver a ponérselo y finalmente pasar por encima de ella.
Esta hazaña fue documentada durante un especial que se trasmitió durante un par de horas en horario estelar, que incluyó los preparativos de estos hermanos para este evento, sí como la historia de esta familia de trucos y que ama los riesgos extremos.
Definitivamente, los hermanos Wallenda sienten pasión y orgullo por lo que hacen, aunque esto implique todo el riesgo del mundo.
Este tipo de hazañas es para esta familia un estilo de vida y cada vez se preparan más para mejorar sus técnicas y minimizar los riesgos. Comparte con tus amigos esta particular historia que esta causando revuelo en las redes sociales.