Muchas veces se nos presentan pruebas que nos cambian la vida sin previo aviso. Algunas de ellas son deseables, pero otras no.
Emily Foreman, una joven de 21 años, quien después de descubrir que el granito que tenía detrás de su oreja era un cáncer agresivo, nos enseña que, por amor a nosotros mismos y a nuestros seres queridos, debemos luchar sin tregua cuando la vida nos da este tipo de sorpresas.
Emily tenía un pequeño granito detrás de su oreja, pero no le dio importancia hasta que duplicó su tamaño.
«Pero el tiempo pasó, y se hizo más grande».
Finalmente, decidió ir al médico y fue diagnosticada con un carcinoma indiferenciado de células grandes, un tumor maligno que se forma con más frecuencia en las células superficiales de los órganos o en las primeras capas de piel.
Estudios revelaron que el carcinoma estaba ubicado en su glándula parótida, que es la glándula salival principal.
Los médicos encontraron que el cáncer de Emily se había diseminado a los ganglios linfáticos circundantes, por lo que fue necesario someterla a una operación de seis horas para extirparle la mayoría de estos ganglios, así como la glándula salival y una zona del tejido de su cuello.
Después de la operación Emily quedó con un lado de la cara paralizada porque durante la intervención fue los cirujanos tuvieron que tomar una parte de su nervio facial principal.
Emily retomó su vida normal tras seis semanas de sesiones de radioterapia.
“Las cosas volvieron a ser como solían ser e hice algunos planes para mi futuro. Intenté dejar atrás todo este problema del cáncer”.
Fue entonces cuando ella y su madre, Sarah Foreman, decidieron organizar una gran fiesta de cumpleaños número 21 para febrero de este año.
Ellas creían que era una última cita en Palmerston North, y decidieron organizar un viaje para buscar los resultados de la última tomografía computarizada y encontrar un vestido para su fiesta.
«Pensé que todo estaba bien; todos lo hicieron».
Pero lamentablemente, la tomografía realizada unos meses después reveló que el cáncer se había propagado a los pulmones.
Ese día que Emily encontró un vestido para su fiesta de cumpleaños número 21, y también descubrió que el cáncer con el que había luchado durante el último año se había extendido. Fue un día de emociones y sentimientos encontrados, tal como lo había sido el último año de su vida.
“Los médicos no pueden explicar el tipo de cáncer y todavía es muy extraño».
Debido a que las lesiones eran tan pequeñas y estaban diseminadas en ambos pulmones, la cirugía no era una opción.
Se reunieron con un oncólogo que fue muy duro con sus palabras, pero era la realidad.
“No creo que pueda curarte. No sabemos muy bien qué harán los tumores en tus pulmones, solo sabemos que no van a desaparecer por sí solos».
El tratamiento sugerido por los médicos es la inmunoterapia, que utiliza las defensas naturales del cuerpo para combatir el cáncer. Es un tratamiento de diez semanas y tiene un costo de 60.000 dólares.
Emily está financiando su tratamiento gracias a las donaciones que ha recibido durante las últimas semanas en la campaña de Givealittle para recaudar fondos. Si puedes ayudar puedes hacer clic aquí.
Sus esfuerzos están enfocados en ayudar a quienes están pasando por su misma situación
Emily no ha permitido que su enfermedad tome el control. Comparte la historia de esta guerrera, quien mantiene una gran sonrisa y es más positiva que una persona sana.