A través de las redes sociales y los diferentes medios de comunicación han circulado un gran número de noticias sobre niños o personas que logran salir adelante sin importar sus limitaciones. Niños con Síndrome de Down o autismo se han convertido en grandes atletas, modelos o reinas de belleza.
Por lo general compartimos estas noticias no sólo como una forma de reconocimiento sino para incentivar a otras personas que pasan por circunstancias similares. Sin embargo, la honesta publicación de una madre con un niño especial revela lo dolorosas que pueden ser este tipo de noticias para algunos.
Leigh Merryday Porch escribió en su Facebook una confesión que quizás rompe la creencia de muchos pero resulta algo comprensible.
Si tienes un niño autista has visto estas historias. Tus amigos tienden a etiquetarte en ellas para compartirlas. Son historias de niños autistas que antes no hablaban pero que ahora han logrado hacerlo, niños que cantan el himno nacional, mujeres jóvenes que compiten en concursos de belleza y personas del espectro que se gradúan de la universidad.
Y no les importan las historias pero quieren demostrarte cómo los seres humanos perseveran frente “al rostro de la adversidad”, pues es una cosa hermosa.
La creadora de la página «Flappiness Is» comentó a sus amigos lo que realmente siente cuando la etiquetan o envían una noticia sobre un niño que sobresale a pesar de su condición.
«Si tienes un hijo cuya discapacidad es grave, esas citas se sienten como una bofetada. Debido a que algunas discapacidades no se pueden superar.
Se pueden aceptar, trabajar, planificar y acomodar, pero ninguna cantidad de amor y determinación paterna puede borrarlas», escribió Leigh.
Porch recordó el momento en que los médicos le dijeron que su hijo no podría hablar. Esta madre no estaba dispuesta a que eso sucediera y convencida quería lograr que su niño hablase; sin embargo, más tarde se convenció de que esto no era necesario para saber que su hijo es un niño digno.
«Cuando los expertos me dijeron que mi hijo nunca hablaría, nunca tendría amigos, nunca se graduaría, declaré ‘sobre mi cadáver’. Pero no es necesario eso para que tu hijo sea digno”, dijo la madre.
El momento de honestidad de esta mujer no pretende convertirse en una orden para que todos dejen de etiquetar a los padres de niños autistas, u otros espectros, en este tipo de publicaciones, pero sí deja al descubierto lo mal que llega a sentirse con ello.
«Sé que esas publicaciones no representan un daño, no pretendo pedir que dejen de etiquetarme o compartirlas, pero algunas se sienten como una bofetada y no puedo hacer nada contra eso», dijo Leigh.
Las reacciones que despertó la publicación de esta mujer le dejaron claro que no es la única que pasa por una circunstancia similar o piensa de igual manera.
Gracias a su honestidad, Porch ha revelado algo que otros padres no se atrevían a decir: compartir ese tipo de contenidos con ellos no es muy agradable. Sus hijos autistas, quizás no lleguen a hablar o a hacer cosas memorables, sino que simplemente son genuinos, auténticos e importantes para ellos.
Compartes este mensaje y haz posible que el llamado de atención hecho por esta mujer ayude a educar a otros. Informa y enseña que la discreción también es una gran ayuda.