Esta historia es de lo más curiosa y la típica que crees que «nunca va a ocurrir» pero el destino juega otras cartas. Se trata de un mensaje en una botella arrojado al mar que al poco tiempo encontró destinatario.
¿Quién arroja a la inmensidad del mar una botella con un papel adentro pensando que realmente alguien lo podrá leer? Sólo los niños que dejan su imaginación volar y se atreven a soñar.
Y este fue le caso de Taylor, una niña de cuatro años que se encontraba de vacaciones con su padre en Barcelona, España, a mediados de mayo.
Una tarde de familia, mientras disfrutaba de un paseo en barco en Santa Susana, a la pequeña e ingeniosa niña se le ocurrió lanzar un mensaje al mar con la ilusión de que llegue a un destino concreto y que alguien le respondiera.
Tal fue así que escribió, con ayuda de su papá:
Mi nombre es Taylor Powell. Tengo cuatro años y estoy de vacaciones con mi papá en España. Si encuentras esta foto, por favor responde con el nombre de tu país y una imagen», decía.
Luego metió el mensaje en una botella y simplemente la arrojó al agua con una enorme expectativa, aunque las probabilidades de que otra persona lo leyera eran muy bajas, a decir verdad.
Pero para su sorpresa y la de todos, la botella finalmente apareció en el Río Moscova, en Moscú (Rusia). El mensaje fue recibido por una pareja que no dudó en enviar una fotografía respondiendo a Taylor con sus coordenadas tal como lo había solicitado.
Sasha y Alex, se sumaron a esta insólita historia y también compartieron en Internet lo ocurrido.
Ritchie, el padre de la menor, fue el encargado de darle la buena noticia.
Cuando le dije que habían respondido su mensaje, su cara se iluminó por completo. Estaba muy feliz. Le dijimos que nadaría entre sirenas y tiburones y que aparezca a 2.000 km es mágico», contó.
Según el periódico británico, los expertos del Centro Nacional de Oceanografía consideran que la botella podría haber viajado por el Golfo de Vizcaya, oeste de Irlanda, Islas Shetland y Mar del Norte.
Esta es una emotiva historia donde podemos ver que lo que creemos que es imposible finalmente ocurre. Lo importante es estar convencidos y si somos padres, seguir los sueños de nuestros hijos e incluso alimentarlos para que siempre vayan detrás de lo que quieran sin el «no», el «no puedo», el «no será posible» en la mente.
El desenlace de esta historia es realmente emotivo, sucedió algo mágico tal como dijo el padre de la pequeña. No te vayas sin compartirlo.