Cuando Sarah Boyle recibió la noticia de que tenía un agresivo cáncer su vida cambió para siempre. Meses atrás se había convertido en madre y acudió al médico cuando notó que su bebé se mostraba muy incómodo al recibir leche de uno de sus senos.
Desde entonces comenzó una larga trayectoria de cirugías y tratamientos invasivos sin poder sospechar que varios meses después le dirían que todo había sido un error y que en realidad nunca había tenido cáncer.
Sarah tan solo tiene 28 años de edad.
Cuando su hijo Teddy tenía pocos meses de edad, Sarah comenzó a temer que no podría estar allí para ver crecer a su pequeño. Los doctores del Hospital Universitario Royal Stoke le dijeron que tenía cáncer de mama triple negativo y que debía recibir tratamiento lo más pronto posible.
Sarah y su familia viven en el poblado de Hartshill en Inglaterra.
Dispuesta a luchar por su vida, Sarah comenzó de inmediato la quimioterapia y tuvo que enfrentar cómo su cuerpo se debilitaba y perdió casi todo su cabello. Para asegurarse de eliminar el cáncer por completo, le realizaron una doble mastectomía y poco tiempo después volvió al quirófano para realizarse la cirugía reconstructiva con implantes.
“Cuando me dijeron que tenía cáncer fue horrible. Pero pasar por todo el tratamiento y las cirugías para que me dijeran que no era necesario me hizo quedar traumatizada”.
Se trataron de los meses más difíciles para su familia. Su esposo Steven, de 31 años, se ocupó del bebé y se las ingenió para acompañar a su esposa en cada uno de los pasos de esta ardua lucha.
Sin embargo, el golpe mayor llegó cuando los médicos descubrieron su error y le explicaron a Sarah que todos estos tratamientos habían sido completamente innecesarios.
Sarah recibió el diagnóstico a comienzos del 2016 y los médicos notaron su error a mediados del 2017 cuando ya era demasiado tarde.
El hospital aceptó su culpa y explicó que todo había sucedido cuando un histopatólogo, el encargo de examinar los diferentes tejidos, reportó que las células eran cancerígenas a pesar que de estaban completamente sanas.
Ahora, Boyle se encuentra trabajando con abogados especialistas en negligencia médica para poder obtener respuestas y llegar al fondo de un asunto que ha afectado tan profundamente su vida.
El hospital aclaró que se trató de un error humano y que ahora cada una de las pruebas son revisadas por un segundo especialista.
Teme enormemente las consecuencias que su cuerpo podrá sufrir al haberse sometido a una quimioterapia. Además, varias investigaciones señalan que ahora cuenta con más probabilidades de tener cáncer debido al tipo de implantes que le pusieron en la cirugía reconstructiva.
Sin embargo, las huellas más profundas de todo este desagradable episodio recaen en el gran trauma psicológico que ha sufrido.
Le dijeron que podría tener problemas de infertilidad pero afortunadamente logró tener a su segundo que hoy en día ya tiene 7 meses.
Lamentamos enormemente el terrible sufrimiento que Sarah y su familia han tenido que enfrentar por un error médico que cambió su vida para siempre.
Comparte este indignante caso para exigir que nadie más tenga que pasar por todo este torbellino de emociones y contradicciones médicas que pasó Sarah.