Una pareja de amigos está demostrando que no hay discapacidad que valga cuando de hacer lo que les gusta se trata.
Ella nació con espina bífida y él perdió la vista debido al glaucoma hace cinco años, pero esto no les ha impedido convertirse en unos habilidosos excursionistas.
Melanie Knecht y Trevor Hahn perdió viven en Fort Collins, Colorado y están haciendo honor al famoso refrán “solo se llega rápido pero en equipo se llega lejos”, pues a pesar de sus discapacidades han encontrado la manera perfecta para poder disfrutar de la naturaleza.
Estos chicos se conocieron en una clase de boxeo adaptativo, un par de semanas después se volvieron a encontrar en una clase de escalada adaptativa y en ese momento descubrieron que compartían algo muy especial: su amor por la naturaleza.
Melanie pasó su juventud acampando y explorando al aire libre y a Trevor le encantaba ir de excursiones, incluso después de haber perdido la vista.
Además, para ese momento la mujer había tenido la visitar la Isla de Pascua, donde pudo subir acantilados empinados en un transportador en la espalda de alguien.
Después de forjarse la confianza entre ambos, Melanie y Trevor decidieron salir juntos al desierto de Colorado. La idea era hacer un verdadero equipo así que el hombre cargaría a su nueva amiga en su espalda mientras ella le iba indicando el camino. La cuestión se trababa de confianza.
«Simplemente parecía algo de sentido común. Él es las piernas, yo soy los ojos, ¡boom! Juntos, somos el equipo ideal», dijo Knecht
Trevor lleva a la mujer en su espalda asegurada por un transportador, mientras que él camina seguro por los senderos gracias a las indicaciones de Melanie.
«Describo todo lo que veo y exactamente cómo Trevor necesita moverse», dijo Knecht.
Esta mujer ha estado en una silla de ruedas toda su vida y disfruta al máximo cada vez que puede dejarla lejos para ir de excursión con su amigo.
Ambos se deleitan con cada ruta pero sobre todo les encanta que juntos pueden hacer algo que otros considerarían imposible, debido a sus condiciones.
«Me hizo muy feliz ayudar a alguien a experimentar lo que he podido experimentar toda mi vida. Al llegar a la cima de una montaña sólo sientes esa sensación de plenitud, un auto no puede llegar allí. Lo mejor es poder hacerla sonreír. Eso me da un propósito«, confesó Hahn.
Esta pareja entiende exactamente cómo se siente tener una condición especial y algo que les agrada de haber hecho equipo es que han dejado de sentirse como una carga.
Melanie y Trevor se ayudan mutuamente y la habilidad de uno compensa la dificultad que presenta el otro. Estos chicos están demostrando que el cielo es el límite.
Que la historia de este dúo te motive a romper todo tipo de barrera e ir detrás de tus sueños. Comparte y muéstrales a tus amigos que nunca habrá discapacidad más grande que los sueños.