La educación escolar de los niños es primordial para su formación, es un derecho obligatorio (por así llamarlo), y muchos países no se toman a la ligera que no se cumpla con él.
Así lo comprobaron la mamá y el papá de una niña de 13 años que fueron sentenciados por la excesiva cantidad de faltas que la menor tenía en la escuela.
La niña faltó más de noventa veces en el período de un año (entre 2013 y 2014), así que la Audiencia Provincial de Huelva, en España, consideró que dicha negligencia los convierte en autores de un delito contra las relaciones familiares.
“Qué mal que los padres de esa niña no piensen en su futuro y que sólo la dejen sin herramientas para crecer como persona”, comentó un internauta.
El juez que dictó la sentencia considera que los padres de la menor han incumplido sus deberes, ya que la asistencia al colegio y al instituto es obligatoria, ya que todos los menores deben acudir a instituciones educativas.
“La investigación realizada arrojó que las faltas de la niña se deben sólo a la despreocupación de sus padres, ellos permitían que faltara al colegio sin ninguna causa mayor”, declaró el juez.
Según fuentes confiables ambos tutores fueron informados sobre el hecho de que estaban violando la ley al permitir tanto ausentismo en el aula, y también se les advirtió sobre las consecuencias que podrían acarrear dichas acciones, pero ningún aviso logró que corrigieran la conducta mencionada.
En un inicio se les condenó a un encierro de tres meses ya eran totalmente conscientes de la situación, pero el juez decidió suspender la pena de la privación de su libertad bajo la condición de que no caigan en la misma situación al menos durante dos años seguidos.
“Esperamos que si hay otros padres que permiten cosas similares lo piensen dos veces antes de enfrentar estas actitudes, los niños tienen la obligación de asistir al colegio, y no es posible que sus propios padres vulneren ese derecho esto”, declaró el juez.
El juez encargado del caso fue bastante accesible al permitir la libertad condicional de ambos tutores, quienes ahora sí deberían tomarse en serio la educación de su hija, ya que de no hacerlo, los tres integrantes de la familia tendrían que asumir las consecuencias, ya que es poco probable que los disculpen en una segunda ocasión.
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