Hace muchos años las escuelas procuraban formar a las niñas en la costura, la cocina y diferentes tareas del hogar. Los niños, en cambio, recibían talleres de carpintería o electricidad. De esta manera se fueron propagando fuertes estereotipos que afectan profundamente nuestra sociedad.
El Colegio de Fomento Montecastelo está ubicado en la ciudad de Vigo en Galicia, España.
Las cosas han cambiado mucho desde entonces. Ya no se espera que las mujeres se queden en casa cuidando a los pequeños, sino que también han logrado abrirse camino en un campo laboral muy competitivo.
“Queremos que los estudiantes logren aprender a realizar tareas para que ayuden en sus familias”.
Sin embargo, todavía queda un gran camino por delante por lograr la igualdad de género por la que tantos han luchado. El Colegio Montecastelo se ha tomado esta tarea muy en serio. Se dieron cuenta de que la mayoría de los alumnos no sabe cómo realizar algunas actividades como cocinar o planchar.
“Deben entender que estas actividades no son ‘tareas de mujer’. Los hombres también pueden hacerlo”.
Decidieron que era hora de comenzar a formarlos en este tipo de tareas que tanto van a necesitar para poder ayudar en el día a día de sus hogares. Ahora, los varones reciben una clase de labores domésticas en donde todo se realiza bajo un importante lema.
“La igualdad se aprende con hechos”.
Los niños ya recibían clases de cosas que suelen estar más asociadas al género masculino como albañilería, carpintería, fontanería y electricidad.
Ahora, también dedican horas de la semana a desarrollar técnicas de costura, planchado y aprenden a cocinar diferentes platos de comida. Este tipo de medidas resultan tan extrañas en la educación de hoy en día, que muchos pensaron al comienzo que sólo se trataba de una broma.
“No creí que fuese en serio. Pero ahora me he dado cuenta de todo el trabajo que hacen mis padres para mantener la casa. Veo que no es nada fácil”.
Además de las horas de práctica que implican estos diferentes cursos, el profesor Andrés Luna también se encarga de impartir charlas para profundizar sobre la importancia de la igualdad de género. Al familiarizarse con estos temas desde tan corta edad, no hay duda de que estos jóvenes serán hombres sumamente respetuosos y trabajadores.
La asignatura es obligatoria durante un trimestre y luego es opcional seguir cursándola. El mundo entero ha quedado sorprendido con esta maravillosa medida tomada en el Colegio Montecastelo.
Se espera que puedan inspirar a miles de centros educativos para que cada vez más personas se unan a la enseñanza de algo tan importante y desde muy temprana edad. ¡Compártela!