Plácido Domingo se enfrenta a uno de los mayores escándalos de su carrera después de que el pasado martes, 8 cantantes y 1 bailarina, se atrevieran a denunciarlo tras 30 años de lo sucedido.
En sus declaraciones aseguraron que las presionaba a mantener relaciones íntimas y las castigaba si se sentía rechazado. Tales acosos habrían sucedido a lo largo de 3 décadas a partir de finales de los 80.
«Supuestamente se trataba de una comida de negocios. Pero es extraño cuando alguien pone su mano sobre tu rodilla en un encuentro así. Siempre te tocaba de alguna manera y te intentaba besar», dijo una de ellas.
Dos de ellas admitieron haber cedido para no destruir sus carreras y 7 de las 9 denunciantes reconocieron que sus carreras se vieron negativamente afectadas tras rechazar las propuestas del tenor. Además, cuentan que habían sido advertidas de no permanecer nunca a solas con Plácido, ni asistir a algún almuerzo, y que en caso obligado de un encuentro con él, que siempre fuera en un lugar público.
Algunas habrían tomado medidas extremas como dejar de usar el baño de mujeres cerca de su oficina, pedirle al personal que se quedara más tiempo durante los ensayos y jamás contestar el teléfono de casa.
Pero ninguna de ellas accedió a revelar su identidad, excepto una, que llena de valentía ha decidido romper el silencio después de tanto tiempo. Se trata de Patricia Wulf, una bailarina que coincidió con Domingo en la Ópera de Washington.
«Él quería que fuera a su casa y evitaba que me fuera a la mía. Él quería que me fuera con él esa noche, eso era acoso totalmente”, ha dicho Wulf.
“Vino a mí, se puso muy cerca y dijo ‘¿Patricia, tienes que irte a casa esta noche?’. Fue impactante. Fue muy difícil. Él es como Dios en mi profesión. Cuando viene tan cerca y te dice eso, lo primero que se te pasa por la cabeza es ‘¿qué?, y después piensas muy rápido ‘sí, por supuesto que tengo que irme a casa’ Y le dije eso todo el rato. Pero también piensas cuando te estas yendo ‘¿acabo de arruinar mi carrera?’”, agregó.
Confiesa que llegó al punto en que salía a hurtadillas del escenario. Pero el tenor siempre hallaba la manera de llegar hasta su camerino sin ser invitado. La situación llegó a su culmen cuando Plácido se atrevió a hablar con el marido de Wulf, Richard Lew, diciéndole al oído: “Me gustaría conocer a mi rival”.
Ante todas las acusaciones, Plácido ha salido al paso para defender su honorabilidad.
“Las acusaciones de estos individuos no identificados que datan de hasta treinta años atrás son profundamente inquietantes y, tal como se presentan, inexactas. Sin embargo, es doloroso escuchar que puede haber molestado a alguien o haberles hecho sentir incómodos, sin importar cuánto tiempo atrás y a pesar mis mejores intenciones», declaró el tenor.
«Creía que todas mis relaciones siempre eran bienvenidas y consensuadas. Las personas que me conocen o que han trabajado conmigo saben que no soy alguien que intencionalmente dañaría, ofendería o avergonzaría a nadie. Reconocemos que las reglas y estándares por los cuales somos, y debemos ser, medidos hoy son muy diferentes de lo que eran en el pasado. Tengo la suerte y el privilegio de haber tenido una carrera de más de 50 años en la ópera y me mantendré en los más altos estándares”, concluyó.
¿Y tú qué opinas de estas audaces acusaciones en contra del tenor de amplia trayectoria internacional? ¿Crees que sus denunciantes dicen la verdad? Comparte tu opinión en tus redes.