Emiliano Sala sufrió envenenamiento antes de que el avión en el que volaba se estrellara

Emiliano Sala, el futbolista argentino que perdió la vida en un accidente aéreo el pasado 21 de enero, sufrió de envenenamiento por monóxido de carbono en niveles “potencialmente mortales” en la cabina del avión, según lo reveló un informe de la Subdivisión de Investigación de Accidentes Aéreos del Reino Unido (AAIB), este miércoles.

El futbolista de 28 años volaba junto al piloto David Ibbotson, de 59 años, desde Francia hasta Gales.


El informe ha revelado que Emiliano tenía un nivel de saturación de COHb (el producto combinado de monóxido de carbono y hemoglobina) del 58 por ciento en su torrente sanguíneo.

La exposición al monóxido de carbono puede provocar daños en el cerebro, el corazón y el sistema nervioso, que incluyen visión borrosa y pérdida de la coordinación. Un nivel de COHb por encima del 50 % se considera potencialmente letal, causando convulsiones, pérdida de conciencia, ataque al corazón y la muerte.


Se presume que Ibbotson también estuvo expuesto a cantidades ‘potencialmente fatales’ de gas. Una investigación anterior reveló que Sala murió de lesiones graves en la cabeza y la parte superior del cuerpo, pero es posible que el monóxido de carbono lo haya hecho perder el conocimiento o incluso haya muerto antes del siniestro.


Los expertos temen que el sellado de la cabina haya sido deficiente, o que las fugas en el sistema de calefacción y ventilación de los motores o escape del Piper Malibu pudieran haber bombeado CO en la cabina.

La familia del futbolista quiere que los restos del avión se rescaten del fondo del Canal para realizar más pruebas, pero el AAIB se ha negado.


Un portavoz del Cardiff City, el equipo al que iba a ser transferido Sala por más de 15 millones de euros, dijo que el avión elegido por los representantes de Sala para volar fue «inadecuado» y que el piloto no tenía las licencias para volar en la noche.

El informe reveló además que la cabina no está separada del resto del avión, por lo que “está claro que la exposición al CO puede reducir o inhibir la capacidad de un piloto para volar una aeronave dependiendo del nivel de esa exposición».


Mensajes de preocupación que Sala habría enviado minutos antes del accidente circularon por whatsapp: «parece que se está cayendo a pedazos”, “Si en una hora y media no tienen novedades mías, ni manden a alguien a buscarme porque no me van a encontrar”.


Se siguen investigando las causas por las que el monóxido de carbono se infiltró en la cabina y las autoridades del AAIB recomiendan el uso de dispositivos que alerten a los pilotos para detectar ese tipo de anomalías en la aeronave, pero no en todos los países son obligatorios.

Es doloroso conocer estos detalles de los últimos momentos de Emiliano y el piloto, esperamos que no hayan sufrido demasiado y que las investigaciones lleguen al final para que su familia tenga el consuelo que necesita. ¡Comparte esta noticia!

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