En el año 2013, Li Zhihua de Hubei, China, quedó en coma tras sufrir un accidente que le causó graves lesiones cerebrales. Fue arrollado por una moto cuando se trasladaba a bordo de su scooter a su trabajo.
Desde entonces, su esposa, Zhang Guihuan, siempre se mantuvo a su lado.
Lo cuidó de manera incondicional durante 20 horas al día, se dedicó por completo a atender sus necesidades especiales incluso sacrificando sus horas de sueño.
En todo ese tiempo durmió máximo tres horas diarias, “mientras esté vivo, seguiré sirviéndole”.
Ella le ofrecía su amor y cuidados, lo alimentaba, lo bañaba y le hablaba.
El doctor Wan Qing’an, quien lo atendió desde que quedó en estado de coma, declaró ante los medios locales: “Cuando fue trasladado al hospital después del accidente estaba en estado vegetativo, no reaccionó a nada”.
El pronóstico de Li no era alentador, el médico le dijo a su esposa que lo más probable era que estuviera en estado vegetal por tiempo indefinido.
Pero Zhang se negaba a perder la esperanza, aseguró que no estaba dispuesta a aceptar ese pronóstico y se aferraba a la posibilidad de que algún día su esposo reaccionara.
Durante más de 2.000 días, ella permaneció junto a la cama de su esposo para conversar con él y cantarle sus canciones favoritas. Su único objetivo era que su estado mejorara, además de demostrarle cuánto lo amaba.
“Lo que hacía Zhang, sobre hablarle y cantar las canciones que a él le gustaban fue muy útil para estimular su sistema nervioso”, dijo el doctor Wan.
En esos cinco años en los que ella entregó cuerpo y alma al cuidado de su esposo perdió 10 kilos, estaba físicamente muy agotada.
Para alimentar a Li ella tenía que colocar su comida en el interior de su boca y presionar suavemente su lengua para que él respondiera al estímulo y supiera que podía consumir los alimentos.
Hasta que después de cinco años, Li despertó y sus primeras palabras fueron: “¡Esposa, te amo!”.
Cuando Li reaccionó fue ingresado en el hospital para someterse a un tratamiento de recuperación. El doctor Wan dijo que, aunque no era capaz de verbalizar lo que sentía era plenamente consciente de lo que sucedía a su alrededor.
En las imágenes captadas en el hospital se ve cómo Zhang ayuda a Li en sus terapias de rehabilitación.
Después de más de un año de tratamiento, Li ha evolucionado satisfactoriamente. Una de las enfermeras del hospital comentó que Zhang ha contribuido muchísimo en la mejora de Li. “Ella le enseñó muchos movimientos y tuvo mucha paciencia, jamás se ha quejado”.
Zhang se siente complacida de los logros de su esposo y reitera que seguirá apoyándolo. Su historia de amor es una inspiración para el mundo, no te vayas sin compartirla.