Siempre escuchamos acerca de los innumerables sacrificios que las madres están dispuestas a hacer por sus hijos. Pero la verdad es que la responsabilidad siempre será compartida y si ellas se sacrifican, los padres también. Todo sea por el bienestar y felicidad de sus retoños.
Por eso, el humilde residente de São Carlos (Brasil), Juracir Faustino de Souza no duda ni un minuto pedalear 40 kilómetros diarios con tal de que su pequeña pueda ir a la escuela y reciba una mejor educación que le abra otras puertas en el futuro.
Juracir no tiene un automóvil para llevar a su pequeña de tres años hasta su institución pública y lamentablemente las políticas de la escuela no dejan que la niña tome aún el autobús escolar.
Sin embargo, nada de esto será suficiente para que la criatura se quede en casa sin recibir educación pues su tierno padre ha decidido utilizar su ingenio para crearle un curioso medio de transporte.
El Sr. Faustino utiliza una bicicleta para llevar a la niña a la escuela pero esta no es una bicicleta cualquiera. El hombre la acondicionó muy bien para hacerle el viaje de una hora y media más ameno a la pequeña.
Con ayuda de una cortina de baño y otros materiales reciclados De Sousa construyó un techo a la bici y así proteger a la niña de la lluvia y el sereno del viaje que inicia a las 5:20 de la mañana.
Su jornada comienza con mucho sacrificio para que su hija pueda llegar a tiempo a la escuela rural. La pequeña aún no tiene la edad mínima como para viajar sola en el trasporte escolar que pasa frente a su casa cada mañana.
“No entiendo bien la razón, ya que el autobús pasa por la puerta, se lleva a mi sobrino, pero no es así con mi hija. Afirman que no pueden llevársela porque aún no tiene cuatro años, la diferencia es de sólo cinco meses”, dijo el padre.
Este hombre podría acompañar a su hija en el bus y ahorrarse el cansancio de la bicicleta pero el asunto no es tan sencillo como parece. En ese caso, Faustino tendría que esperar a las afueras de la Institución hasta que sea la hora de salida de su niña y regresarse juntos en el autobús.
«Tendría que hacer un sacrificio, como pasar hambre todo el día en la puerta de la escuela, hasta que ella se vaya a regresar», comentó Faustino.
Por ese motivo, el hombre ha preferido continuar con sus matutinos viajes en bicicleta hasta que la niña tenga la edad mínima para utilizar el autobús.
“Un niño fuera de la escuela no funciona, si no puede ir en el autobús, sigo llevándola todos los días. Los niños tienen que estar en la escuela”, dijo el padre.
Actualmente Faustino se encuentra sin empleo, así que al dejar a su niña en la escuela recorre las calles en busca de alguna oportunidad. Con el esfuerzo y determinación que ha demostrado, sabemos que este amoroso padre encontrará algún oficio y que pronto quedará exonerado de los viajes diarios, pues su pequeña podrá utilizar el autobús.
En un mundo donde las demandas por negligencia paterna parecen estar en aumento, ejemplos como el de Faustino realmente inspiran. Comparte esta nota y démosle el reconocimiento por hacer tan bien su rol de padre ¡Bravo Papá!