Kim Baker, una madre británica, difundió un mensaje que ha generado miles de reacciones en las redes para agradecer el trato que recibió en el aeropuerto de Málaga.
“Un guardia de seguridad se fijó en el cordón de girasoles verdes que tenía puesto y nos llevó a un punto de asistencia especial para que no tuviéramos que hacer toda la fila. Espero que más sitios sigan el ejemplo”, relató la madre.
Ella usa alrededor de su cuello una cinta verde con girasoles que indica que un pasajero tiene un tipo de discapacidad no visible y que es posible que pueda necesitar algo de ayuda.
Su hijo, Baker, tiene autismo, un trastorno que padece 1 de cada 100 niños, se estima que en España hay aproximadamente 450.000 niños diagnosticados con Trastornos del Espectro Autista (TEA).
Aunque no hay cifras oficiales, según las estadísticas de diversas organizaciones, los pacientes con este tipo de trastorno han aumentado con el paso de los años.
A pesar de que los pacientes con TEA tengan síntomas en común para todos, la mayoría varía en cada persona. Por ejemplo, las maneras de interactuar pueden ser distintas a las convencionales, algunos tienen a aislarse.
“Por ejemplo, muchos niños autistas ven como algo imposible hacer una fila, porque es un concepto que no entienden. Los supermercados también están probando el uso de cordones de girasoles. Espero que más lugares sigan el ejemplo”, dijo la madre del pequeño.
“Mi mensaje es que, si ves a alguien con un cordón de girasoles, sepas el motivo. Ten en cuenta que es una discapacidad oculta. Posiblemente sufran una crisis sensorial completa al sentirse muy abrumados”.
Así que, si ves a alguien con un cordón o cinta verde con girasoles en el supermercado, en el transporte público o en el aeropuerto procura ofrecerle la ayuda y comprensión que necesitan.
“Tal vez podrías hacer una buena acción y permitir que esas personas te adelanten en la fila o darles un poco más de espacio. No digo que necesitemos un tratamiento especial o que estemos exentos de cumplir las normas, solo pedimos que la gente sea comprensiva. A veces se pueden y se deben hacer pequeños ajustes que ayuden a que la experiencia de la familia sea más sencilla ese día”, agregó Kim.
Concluyó su comunicado resaltando la importancia de compartir esta información e insta a los lectores a difundir entre sus seres queridos y conocidos para crear conciencia.
A veces no resulta fácil para aquellos que tienen una discapacidad no visible pedir ayuda. En algunos casos se frustran intentando explicar su condición, y en otros sufren porque las personas no creen que tengan dificultades.
La iniciativa cuenta con el apoyo de organizaciones benéficas como: RNIB, Alzheimer’s Society, The National Autistic Society y Action on Hearing Loss.
Prestando atención a las cintas verdes floreadas se puede ayudar a mucha gente, es una acción voluntaria, pero que le hará la vida más fácil a las personas que padecen algún trastorno y a sus familias.
No te vayas sin compartir esta anécdota con todos tus conocidos, un simple gesto puede hacer una gran diferencia.