Macarena Mendizábal, de 21 años, quedó en estado vegetal después de ser arrollada por un piloto de carreras que transitaba bajo los efectos del alcohol. Hace una semana terminó el juicio en contra del responsable de la discapacidad de la joven y su familia sacó a la luz su caso.
Macu, como cariñosamente la llamaban, estudiaba psicología cuando comenzó a trabajar como voluntaria de una casa hogar infantil en Buenos Aires, Argentina.
Cada viernes iba a la institución llamada “Familias de Esperanza” para ofrecerles a los niños sus cuidados y cariño. Atendía a pequeños con riesgo de exclusión social derivados de organismos del estado.
Uno de los niños, de año y medio, se ganó todo su amor. Eran inseparables, crearon un vínculo tan especial que la joven hizo los trámites legales para poder llevarlo a su casa los fines de semana.
Javi, el niño de la casa hogar, compartía con Macu visitas a parques, iban al cine, a cumpleaños, y pasaban juntos las celebraciones importantes de Navidad.
“Lo cuidaba como si fuera un bebé, le cambiaba los pañales, lo alimentaba, lo acompañó en su primer día de clases, le compró los uniformes y útiles. Lo llevó a la playa por primera vez”, relató Solana Aruj, prima de Macarena.
Dos años después, durante la madrugada del 5 de abril de 2015, Macu fue atropellada en la avenida Costanera, el conductor pasó un semáforo en rojo a alta velocidad.
Ella se trasladaba con un amigo en su auto cuando salió de un local nocturno. Cuando cruzaban el semáforo un auto Honda Civic conducido por un piloto de fórmula cuatro identificado como Santiago Silvoso, de 37 años, impactó contra la puerta del auto donde viajaba Macarena.
Los resultados del test de alcoholemia mostraron que el conductor tenía un índice de 1,46 de alcohol en la sangre, triplicaba el nivel permitido por la ley para conducir.
A pesar de las pruebas, el conductor mintió alegando que solo había tomado un trago.
Esa noche Javi estaba a cargo de los padres de Macarena, cuando se enteraron de lo ocurrido lo despertaron porque debían ir al hospital Fernández, donde ella permanecía ingresada.
Adriana Aruj, madre de Macarena, relató que ese día llevó al niño a la casa hogar para poder dedicarse a la atención de su hija.
“A los 20 días me llamó la directora para decirme que Javi estaba muy triste, que cada viernes se ponía su mochila y esperaba que Macu lo fuera a buscar”, relató Adriana.
La psicóloga a cargo del niño recomendó que lo buscaran para que visitara a Macarena en el hospital y pudiera conocer y comprender la situación.
El niño tenía 14 hermanos, vivían separados en dos casas hogares, él no había recibido nunca el amor y protección de una madre y a sus tres años debía enfrentarse a perder a la única persona que le ofreció la seguridad que tanto necesitaba.
Lo llevaron al hospital, entró a la sala de cuidados intensivos y vio a Macu, comprendió que recibió un fuerte golpe en la cabeza y aunque lloró afligido, quiso seguir visitándola.
Los padres de Macarena lo buscaban cada viernes, asumieron el compromiso que adquirió su hija. Finalmente, el niño fue revinculado son su madre biológica, pero ella quiso agradecer lo que hizo la familia Mendizábal por el niño.
Así que los autorizó para compartir con ellos cada fin de semana. Ahora el niño entiende la condición de Macarena, toma su mano, la pasea en la silla de ruedas, le da muchas demostraciones de cariño y gratitud.
Javi tiene siete años, aunque Macarena no es capaz de hablar o responder a los estímulos, en algunos casos ante emociones intensas reacciona con lágrimas o un apretón de manos. Lo ha hecho con Javi, el niño que quiere tanto.
La prima de Macarena quiso publicar un hilo en Twitter para mostrar el lado más humanitario de Macu.
“Todos saben lo que le pasó, pero pocos conocen su labor. Me encantaría decir que ella vio crecer a Javi, pero no tuvo esa suerte. Tuvo la desgracia de cruzarse en el camino de un infeliz imprudente que le quitó esa oportunidad. Pero el final feliz de esta historia es que Javi hoy, con siete años, sigue siendo parte de mi familia”.
“No se separa de Macu, aunque era muy pequeño cuando ocurrió el accidente, la recuerda perfectamente. Y con esa imagen de los dos cierro la historia del regalo más lindo que nos dejó mi prima: Javi”, concluye Solana.
La madre de Macarena pide justicia, asegura que lucharon mucho para que se produjera el juicio, el conductor que dejó a su hija discapacitada estuvo libre durante los últimos cuatro años e incluso salió del país en ocho ocasiones.
“Quiero que vaya preso, estaba alcoholizado, cruzó en rojo y venía haciendo zigzag a más de 100 Km/h. No es justo, él tuvo chance de vivir bien y ahora quiero que pague, quiero que nos ofrezca una explicación por lo que hizo”, dijo Adriana.
Resaltó que el acusado les ofreció dinero para evitar la instancia judicial, a lo que ella respondió que ninguna cifra se compara con los daños que le causó a su hija. “Aunque ella no murió, es como si estuviera muerta en vida”, dijo la madre de Macarena.
Detrás de esta conmovedora historia hay valiosas lecciones que merecen ser compartidas, como la solidaridad de Macu que le cambió la vida a un niño y la importancia de crear conciencia sobre la responsabilidad al volante.