Marina Fernanda Aragunde desapareció el primero de febrero de 1995 cuando se la llevaron del jardín de su casa en Marcos Paz, Argentina cuando tenía cuatro años, desde entonces sus padres vivieron días de angustia e incertidumbre mientras esperaban conocer noticias sobre el paradero de la niña.
Pero gracias a Facebook, 24 años después, el pasado mes de abrir lograron encontrarla.
«Hola, hija. Quiero que sepas que te sigo buscando. Le pido a Dios que me estés buscando». Los padres de Marina crearon una página en Facebook llamada “Buscamos a Marina Fernanda Aragunde” donde compartían publicaciones con fotos, recuerdos, y mensajes dedicados a la niña que perdieron repentinamente.
Estas publicaciones dieron resultados, Marina se encontró con su madre biológica, se comunicó con ella, le ofreció datos para que pudieran confirmar que se trataba de la persona que había buscado durante más de dos décadas.
“Me reconozco en una foto de Facebook de un grupo llamado ‘¿Dónde estás?’. Conversé con mi madre biológica a través de mensajes privados y le di mucha información”, relató Marina.
Detalló que quienes se la llevaron la nombrar Valeria, actualmente tiene una hija de 13 años y ha comparecido ante los medios de comunicación con cautela, sin mostrar su rostro, por temor a que quienes la raptaron tomen represalias.
En septiembre de 1995, Fernando y Horacio Esquivel, el padre y el abuelo de Marina fueron detenidos acusados por robar establecimientos comerciales y venta de sustancias ilícitas. Solo siete meses después a ella la secuestraron.
Lo que motivó a las personas que se llevaron a la niña fue vengarse de su abuelo.
“A mí me raptaron y me vendieron. Se compró en Mar del Plata, en Migraciones, una identidad falsa. Fue un ajuste entre mi abuelo paterno y estas personas que me sacaron a la fuerza de mi casa y me vendieron. Fue para hacerle daño a mi abuelo, pero no vieron que le hacían daño a mi mamá detrás de todo esto”, relató Marina.
Ella tiene recuerdos difusos del momento en el que se la llevaron mientras estaba jugando en el jardín. Le viene a la mente un viaje muy largo que pensó que era un sueño.
Primero estuvo en una casa y después la trasladaron a otra donde convivió con la que fue su familia hasta hace poco.
“La mujer que me llevó y que me vendió fue una de las mujeres que tuvo mi abuelo paterno”, relaciona lo ocurrido con una traición de la ex pareja de su abuelo.
Su búsqueda trascendió fronteras, su imagen estaba en la página de “Missing Children”, hay imágenes de ella cuando era niña, sus datos e hicieron una proyección para aproximarse a las características que tendría su rostro a los 18 años.
Marina Beatriz Aragunde, de 46 años, madre de Marina, publicó el pasado 27 de febrero fotos de la niña, su documento de identidad y recortes de periódicos con la noticia de su desaparición.
“Siento que mi hija está viva”, era el titular de una de las noticias publicadas en un periódico.
La intención de la madre con ese mensaje era dirigirse a su hija con la esperanza de que ella al leerlo pudiera reconocer su caso y comunicarse con ella.
“Hola, hija. Quiero que sepas que te sigo buscando. Te arrebataron de mi vida cuando tenías cuatro años. Ahora tienes 28. Naciste el 4 de enero de 1991 en el hospital Vélez Sarsfield. Tal vez te sientas identificada con la foto que voy a poner. Te pareces mucho a mí y a tus tíos. Tu nombre verdadero es Marina Fernanda Aragunde. Te decían Culi. Ese era tu apodo y tu tía Andrea es tu madrina. Le decías Andy.
Tu papá se llama Fernando, tu abuelo paterno Horacio, tu abuela materna Elsa, pero le decías Mecha, y tú abuelo materno Jorge. Le pido a Dios que me estés buscando y que tengas recuerdos, porque es imposible que te olvides. Eras muy despierta y tenías mucha memoria», escribió Marina.
Marina Fernanda leyó el mensaje en Rosario, Argentina, decidió contactar a la mujer que escribió el texto porque estaba casi segura de que se trataba de su madre biológica.
“La primera vez que la vi fue muy fuerte. Estaba sentada en el bulevar Oroño. La veo venir caminando y es como que se completa el alma. Son recuerdos que vienen. No me acordaba de ella. Se me venían figuras de cuerpo, pero no las caras. Sí cuando le vi las manos, con el roce y con todo. Fue muy fuerte”, relató Marina.
«Jamás. Siempre sentí que estabas bien y viva. Y que me iba a morir viéndote», le dijo su madre.
Marina inició los trámites legales para poder recuperar su verdadera identidad. “Este es el primer derecho de una persona, uno nace con el derecho de saber quién es”, dijo la joven.
Pero no todo ha sido color de rosas desde que Marina y su madre se encontraron, ambas comenzaron a recibir amenazas.
“Tengo miedo. Mucho. Pero el miedo no me va a detener”, aseguró. El desenlace de su caso está conmocionando a miles de personas, aunque parecía imposible, su madre logró hallar a su niña tantos años después gracias al poder de las redes. Compártelo.