LeeAnn Bienaime es una mujer que se preparó con ansias para llegada de su bebé. Acudió a muchos cursos para saber cómo enfrentar el momento del parto, pero nunca podría imaginar que daría a luz en su propia bañera porque el personal del hospital la envió de regreso a casa.
LeeAnn dio a luz con 27 años de edad.
Cuando comenzó a sentir las primeras contracciones decidió ir de inmediato al hospital. Su casa se encontraba a media hora de distancia del centro médico más cercano y sabía que su bebé podría llegar en cualquier momento.
El personal del Centro Médico Naval le explicó que ella tenía tan sólo dos centímetros dilatación. Le dijeron que solamente podrían ingresarla cuando tuviera cinco centímetros.
“Si todo volviese a suceder simplemente me hubiese quedado en el hospital hasta que admitieran a LeeAnn”.
En medio del dolor; LeeAnn trató de decirles una y otra vez que ella era madre primeriza y que no sabría cómo tomar las medidas exactas de su nivel de dilatación.
Todo fue en vano y se vieron obligados a tomar el camino de regreso a casa. Durante todo el trayecto, las contracciones no hicieron más que aumentar. La pareja se encontraba muy confundida y pocos minutos después de llegar a casa comprendieron que el momento había llegado.
“Ella dijo que estaba sintiendo su cabeza”.
Ya no había tiempo de conducir nuevamente hasta el hospital; así que LeeAnn se dispuso en su bañera para dar lo mejor de sí y ayudar a su bebé durante el nacimiento. Leo estuvo todo el tiempo a su lado y fue él mismo quien recibió al bebé en brazos.
La pareja vive en la ciudad de Chesapeake en Virginia.
Por fortuna, el bebé Joachim estaba completamente sano y salvo. Sus padres necesitaron de un par de horas para lograr procesar todo lo que había sucedido y en medio de la enorme alegría que sienten por su bebé no pueden evitar sentir una gran indignación por el trato que recibieron en el hospital. Una decisión como esa pudo poner en enorme riesgo la vida de LeeAnn y la de su bebé.
“Ahora todos me han dicho que los del hospital nunca debieron enviarnos a casa”.
La familia entera quedó sorprendida con la primera foto del bebé. En las imágenes se puede ver a una abrumada LeeAnn abrazando tiernamente a su pequeño; pero lo más observadores no tardaron en notar que se encontraba en un lugar que no es el esperado para el nacimiento de un bebé.
“Todo el mundo nos pregunta si es shampoo lo que aparece en el fondo de la foto”.
Por fortuna; LeeAnn y su esposo pudieron recibir a su pequeño y ahora se encuentran en casa disfrutando al máximo de cada segundo juntos. Sin embargo; han decidido compartir su historia para levantar la voz y que nadie más se vea obligado a pasar por esta difícil experiencia.
No te vayas sin compartir esta nota para apoyar a tantas mujeres embarazadas que merecen de la mejor atención médica posible.