Noah Gilbert es un dulce niño de 3 años de edad que ha comenzado a sentirse muy diferente a todos los demás y todo por su color de cabello: es pelirrojo.
Lauren Russell, su madre, también es pelirroja y a medida que inició la adolescencia comenzó a recibir todo tipo de comentarios negativos sobre su piel y el color de su cabello; así que siempre supo que su hijo Noah pasaría por momentos difíciles.
Noah y su familia viven en la ciudad de Southampton en el Reino Unido.
Sin embargo, nunca pensó que esa etapa que tanto temía comenzaría a los 3 años edad de su hijo. Un día, Lauren se encontraba junto a Noah en un transporte público cuando escuchó que un niño de cerca de 12 años de edad comenzó a decir cosas horribles sobre él.
“Llegó a decir: ‘Los niños pelirrojos son horribles y deberían ser entregados a Servicios Sociales. Regalaría a mi hijo si nace así”.
Se trataba de un adolescente que estaba con un grupo de amigos y que todavía tenían la camisa de su Instituto.
Noah tiene tan sólo 3 años, pero entendió por completo todo lo que le estaban diciendo y se sintió profundamente afectado. Horas más tarde, en casa, le habló a su mamá sobre lo mucho que quería cambiar.
“Mi hijo me preguntó por qué la gente odiaba su cabello. Me pidió que lo ayudara a cambiar para ser rubio como su hermano. Para que la gente lo aceptara”.
Lauren comprendió que las terribles palabras habían hecho mucho daño a su hijo. Decidió contar lo sucedido en su cuenta de Facebook para darle una lección a Noah que jamás olvidaría.
Le explicó que hay personas muy malas en el mundo pero que siempre habrá una mayoría mucha más grande que lo aprecia tal y como es.
“Quiero pedirles que le digan lo hermoso que es. Quiero mostrarle que bondad en el mundo y que él tiene un color de cabello maravilloso”.
La publicación se volvió completamente viral y no tardó en recibir miles de respuestas en donde todos enviaban mucho amor al dulce Noah. Lauren se aseguró de leer a su hijo todos los comentarios positivos y el pequeño no cabe en sí de alegría. Ahora se siente muy orgulloso de sí mismo y comprende que no hay nada como ser uno mismo.
“Todavía quiero una disculpa por parte del adolescente. Ya contacté a la escuela a la que va”.
No hay duda de que su madre supo muy bien cómo reaccionar para ayudar a Noah a superar un episodio tan desagradable. Los pelirrojos son sumamente especiales, vistosos y no hay nada que el dulce Noah deba cambiar de su apariencia, de hecho, ningún niño, sin importar su condición, merece ser respetado.
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