No puede existir gesto más puro y desinteresado que aquel que nace de un corazón limpio y el de este pequeño de 11 años nos ha dado una gran lección.
Su nombre es Thane, un estudiante destacado de quinto grado en su escuela primaria pero el chico no sobresale sólo por su rendimiento académico sino por sus buenas acciones. Es muy solidario.
Los días de Thane transcurren entre su escuela durante las mañanas y sus tardes en casa colaborando con las tareas domésticas. A cambio de esto, sus padres le han asignado una especie de mesada que usan como incentivo por su ayuda y buen comportamiento.
Un hijo tranquilo y responsable, soñado para más de uno pero no sólo buen hijo sino compañero y amigo, y su gesto así lo certifica.
El pequeño Thane descubrió que uno de sus compañeros de escuela, Tyler, es daltónico y desde entonces había estado reuniendo el dinero que daban sus padres para poderlo invertir en una excelente causa.
Thane no deseaba juguetes, golosinas ni unas vacaciones, sino que decidió utilizar sus ahorros para comprarle unas gafas especiales a Tyler y que este pudiese ver por primera vez el mundo en alta resolución, con todos sus matices y colores brillantes.
Como el chico estaba decidido, comenzó a hacer tareas extras para recaudar el dinero en el menor tiempo posible. Cuando Thane logró reunir 100 dólares le pidió a su mamá que lo llevara a una óptica cercana, fue en ese momento que ella descubrió la razón por la que su hijo había empezado a reunir dinero.
Como era lógico, la madre quedó cautivada por su determinación y buen corazón.
El día en que Thane sorprendió a Tyler fue muy emotivo para todos, aunque el pequeño no pudiese creer que realmente estaba viendo todos los colores del mundo. Sorprendido y un poco incrédulo, Tyler tomó una servilleta de colores para saber si podía verlos con sus nuevos lentes.
Pero tal como se presenta en las fotografías, Tylor pudo apreciar cada uno de los colores vibrantes del objeto.
El día de la sorpresa, la madre de Tylor estuvo presente pues trabaja en la institución en la que estudian ambos chicos. Para ella fue un momento muy especial y agradeció a Thane por ser tan solidario con su chico.
“Creo que es maravilloso lo que hizo Thane por mi hijo. Para ser un niño de 11 años, esto es maravilloso. Estoy agradecida”, dijo Julie, madre de Tyler.
No cabe duda que para hacer el bien sólo hace falta determinación y voluntad. Thane nos ha demostrado cómo, aún desde lo poco, se puede impactar positivamente en la vida de alguien.
Este pequeño destinó todos sus ahorros para ayudar a su amigo y no lamentó ni un segundo el desprenderse de ellos, con tal de hacer feliz a otro.
Thane no necesitó poder ni muchos recursos para ayudar. Comparte esta nota e invita a otros a reflexionar ¿Si este chico ha podido ayudar por qué nosotros no?