Las discapacidades no deberían de ser razón alguna para que un pequeño quede rezagado de sus procesos de aprendizaje.
Por eso, la tierna forma en que una maestra ha cambiado la dinámica de su clases para integrar a su alumno invidente le ha hecho ganar cientos de seguidores y aplausos en las redes sociales.
Su nombre es Fabiana Rocha, maestra de geografía del Colegio Mario Schenberg en Carapicuíba, Sao Paulo, Brasil, y desde hace cuatro meses que conoció a Nathan.
El chico ciego se integró a su grupo de alumnos y Fabiana ha hecho todo lo posible por ayudarlo a sentirse cómodo.
Dentro de la institución, el método de enseñanza es algo cerrado pero Fabiana decidió documentarse e incluyó texturas como método práctico para asegurar la enseñanza del chico y que este no se viera en desventaja delante de sus compañeros de clases.
La educadora dedica tiempo extra para crear por sí misma herramientas 100% táctiles que sirvan para explicar las clases a Nathan.
“Comencé a investigar, estudiar, crear y sacar los primeros materiales: gráficos con varias texturas (EVA con brillo, difuminado, liso, etc.), pirámides de Lego, mapas con divisiones en hileras y granos (frijoles, maíz, etc.), entre otros», comentó la maestra.
La idea surgió días antes de que aplicara una prueba final al grupo escolar. Fabiana entendía que el asunto podía representar desventaja para el chico, así que incluso diseñó un examen especial para él.
«Al final de la prueba lloró, me agradeció por hacer el material para él y lloramos juntos al saber que superé un obstáculo de inclusión en la educación», relató Fabiana.
Durante la evaluación Nathan pudo guiarse del material táctil para comprender el contenido que había recibido en clases de geografía. De este modo, el alumno pudo responder todas las preguntas de la evaluación de su tercer trimestre.
Nos alegra conocer a profesionales con vocación, capaces de tomar tiempo extra para hacer su labor de la mejor manera.
Fabiana no recibirá ningún pago adicional por su dedicación, pero para ella solo ver a Nathan es una gran recompensa.
«Cualquiera que me conozca sabe cuánto amo ser maestra y que no puedo concebir la idea de que un alumno sea excluido de mis clases y del proceso de enseñanza y aprendizaje», dijo Fabiana.
Según comentó la educadora, el estudiante ha logrado avanzar mucho en estos meses pero no solo por la ayuda que ella le ha brindado, sino por el acompañamiento y el aporte de los demás alumnos.
Además del empeño que él mismo ha puesto para superar las barreras. No cabe duda de que la sección se ha convertido en un gran equipo, «Lo que no nos falta aquí es la alegría y el compromiso de enseñar y aprender», puntualizó Fabiana.
Comparte esta historia y que la vocación de esta mujer ayude a inspirar a más colegas suyos para que sean capaz de dar lo mejor por el bien y la superación de sus alumnos. ¡Comparte e inspira!