Los funerales son actos tristes y duros, donde solo queremos dar el último adiós a un ser querido con dignidad y decoro. Pero a veces ocurren eventos inesperados, como le pasó a una viuda en Inglaterra, cuando el cuerpo del difunto quedó expuesto ante cientos de sorprendidos asistentes.
Debbie Swales, una mujer de 55 años de South West Denton en Newcastle, perdió a su esposo Gavin, de 55 años, le habían detectado un tumor en el riñón derecho, y después leucemia. Su hermano Frankie, le donó su médula ósea y mejoró.
Pero, se complicó cuando contrajo neumonía. A los pocos meses se le hizo otro trasplante, esta vez no resistió y falleció.
Además de la tristeza por el acontecimiento, la viuda no deja de recordar el incidente que ocurrió en su funeral. Los hombres que debían bajar con cuidado el ataúd hasta la fosa en el cementerio de West Road en Newcastle, prácticamente lo lanzaron.
En el impacto, se rompió en pedazos, su cuerpo quedó expuesto ante cientos de personas.
Se sintió estafada y acongojada porque al caer el féretro se dieron cuenta de que no era lo que realmente le habían ofrecido.
«Me eché a llorar. La tapa se abrió de golpe y los niños saltaron a su tumba. Al levantar el ataúd se cayó en pedazos”, recuerda la triste mujer.
«Pagamos más por un ataúd de roble sólido con fuertes asas doradas. Después descubrimos que era una réplica de ataúd de MDF que simplemente se rompió cuando se dejó caer», argumentó la viuda.
Los hombres se fueron del sitio dejando el cuerpo tirado. Los hijos tuvieron que recuperar por ellos mismos el cuerpo.
La familia organizó un nuevo funeral, esta vez contrataron a un director funerario más responsable.
Le dolió ver que el rostro de su esposo tenía una lesión hecha con algunos de los pedazos del ataúd cuando cayó.
«He tenido muchas noches de insomnio. Cada vez que veo a Gavin, solo veo la imagen de él en un ataúd roto con gente corriendo caóticamente y miembros de la familia que se quedaron para sacarlo”, dijo la mujer.
La familia aceptó no muy conforme un acuerdo de 180.000 dólares, por parte de los organizadores del funeral, pero restando los gastos legales, les quedaron 62.000.
«Todo lo que quería es justicia para mi esposo. No ha sido y nunca será sobre el dinero. Pero mi familia ha pasado por el infierno en los últimos cuatro años y Clark Pearson necesitaba darse cuenta de lo que nos han hecho», enfatizó la mujer.
El abogado de Pearson informó que su cliente lamenta profundamente el desafortunado incidente y la angustia que causó a la familia.
Es un acontecimiento desagradable para cualquier familia. Pero deben poner de su parte y seguir adelante, recordando con cariño los momentos vividos con Gavin.
Comparte esta insólita historia. No dejes que en tu corazón nazcan raíces de amargura por acontecimientos adversos.