Las compañías que ofrecen servicios de televisión por cable por mantener su cartera de clientes o no ver afectado sus ingresos, tienen departamentos de cobro que funcionan de manera automática enviando correspondencia a sus clientes.
Un joven inglés afectado por las insistentes comunicaciones dirigidas a la casa vacía de su madre fallecida, respondió irónicamente como si fuese ella.
Dorothy Brewis falleció en 2017
David, un profesor de química de Berkshire, Inglaterra pasó momentos desagradables con las compañías de televisión por cable que prestaban el servicio cuando su madre vivía.
Dorothy Brewis, la madre de David, falleció de un derrame cerebral en noviembre de 2017, a las pocas semanas el hijo lo informó a las las compañías y pagó la deuda pendiente.
David notificó desde un principio a la compañía sobre el fallecimiento de su madre
Sin embargo, continuaron hostigando la casa vacía, llegando a realizar amenazas con acciones legales. David ya hastiado, decidió responderles como si fuera la difunta.
«Me temo que todavía estoy muerta y no hay nadie viviendo aquí. Mi hijo te avisará si eso cambia. Por favor, déjalo en paz. Saludos, la difunta Sra. Brewis», escribió el hijo.
Pero, a la empresa parecía no importarle, seguían enviando comunicaciones y amenazas. Así que al mes siguiente volvió a responderles.
«Lo siento, todavía estoy muerta, así que realmente no veo mucha televisión. Por favor, déjenme a mí y a mi hijo tranquilos. Atentamente, la difunta Sra. Brewis», escribió David nuevamente.
Al afligido hijo le parecía un exabrupto tanta insistencia, y que tuvieran que demostrar que no veían televisión.
«Este es el único campo en la vida moderna donde se nos pide que demostremos que no se está infringiendo la ley al mirar televisión en secreto. Normalmente, el estado es inaccesible, y cuando lo queremos, no podemos alcanzarlo fácilmente. Pero no tienen problemas de enviar cartas amenazantes», se quejaba el hijo.
En total se recibieron cuatro cartas entre julio y octubre de 2018. Y amenazaron al “ocupante actual» con multas de 1.300 dólares si no renovaban a tiempo.
En agosto volvieron a enviar comunicaciones y David respondió de nuevo.
«Como mi hijo te ha dicho varias veces ahora, desafortunadamente, estoy muerta. Él les hará saber si vuelvo a la vida y empiezo a ver la televisión nuevamente, o si alguien más comienza a vivir aquí. Mientras tanto, por favor déjalo en paz. La fallecida, Sra. Brewis», escribió el saturado David.
David publicó la historia en su cuenta de Twitter y los usuarios comentaron de inmediato.
«Payasos incompetentes y bandidos holgazanes», decían los usuarios sobre las compañías.
Al fin, la empresa se dio por enterada del caso y se comunicaron con David.
«Después de que el Sr. Brewis nos informara que su madre había fallecido tristemente, registramos la propiedad como desocupada y detuvimos cualquier correspondencia a la dirección por algún tiempo”, expresó un vocero.
Y pidieron disculpas por el malestar causado.
«Lamentamos mucho Sr. Brewis cualquier molestia que estas cartas puedan haber causado y hemos cancelado cualquier correspondencia adicional a esta dirección por otros 12 meses», agregó el vocero.
La verdad es que el ingenio del profesor de química sorprendió a todos con su irónica y divertida forma de manejar la situación. Tal vez fue una forma que vio de enfrentarse a un caso, que le traía recuerdos muy dolorosos.
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