La historia de Natalia Apaseray cambió para siempre el día en que un médico misionero la rescató cuando unos niños se reían de su condición.
Con solo 26 años, el rostro de Natalia estaba deformado a causa de una extraña enfermedad que le produjo el crecimiento de cientos de tumores.
Esta chica es de la ciudad Papúa de Jayapura en Indonesia, una zona rural en la que jamás pudo encontrar atención médica. Para todos, Natalia era “una cosa rara” y la mayor parte de su vida sufrió tratos injustos por la apariencia de su rostro.
Natalia nació con neurofibromatosis, un trastorno genético raro que hace que crezcan tumores benignos en la piel, la médula espinal y los nervios. Avergonzada de su deformidad, Natalia tuvo que esconder su rostro de los niños de su comunidad que se asustaban al verla.
Un médico misionero descubrió el caso de la chica a la que rescató de un contenedor de desechos, mientras huía de un grupo de jóvenes que la molestaban.
Esta persona se contactó en el 2018 con Peter Gray, el entonces presidente del Rotary Club de Phnom Penh, y le envió una foto de Natalia, pidiéndole ayuda.
Gracias a esto, Natalia viajó a Australia para recibir una operación salvadora que le devolvería la ilusión de vivir.
El cirujano plástico Michael Kernohan y el cirujano cardiotorácico Bruce French fueron informados del caso y decidieron participar de forma humanitaria para cambiar la vida de la joven.
«Rotary llevó a Natalia a Australia a fines de 2018 para una semana intensiva de citas médicas y exploraciones antes de que volviera nuevamente en mayo como paciente humanitaria», dijo el Dr. Kernohan.
Además de los dos médicos de cabecera, un equipo de especialistas que incluía cirujanos plásticos, oftalmólogos, cirujanos de oído, nariz y garganta, psicólogos, anestesistas, radiólogos y personal de enfermería han servido de voluntarios en el caso de la chica.
Natalia tuvo su primera cirugía en el mes de mayo, seguida de un importante trabajo de reconstrucción facial a mediados de junio. Esta última operación de siete horas fue realizada por el Dr. Kernohan y su equipo.
A Natalia se le extrajo gran parte del lado derecho de su rostro y posteriormente se sometió a una reconstrucción facial de nariz boca y parpado. Unos procedimientos nada sencillos pero ante los cuales la chica se ha comportado como una verdadera guerrera.
«Natalia ha sido muy valiente durante este viaje desconocido y no se ha quejado ni una vez. Hay innumerables personas que ofrecieron su tiempo para ser parte de algo que nunca se había hecho en un hospital de Nueva Gales del Sur», dijo el Dr. Kernohan.
Además, Natalia ha contado con un equipo que se ha preocupado también por su estado de ánimo y la han llevado a conocer diversos sitios turísticos para animarla siempre a continuar y vivir.
“Sentía mucha vergüenza mientras crecí en Jayapura a causa de mi cara. Ahora estoy muy feliz de volver a ver a mi comunidad.
Ya no siento la necesidad de esconder mi cara. No hay forma de que pueda pagar a todos por cómo me han ayudado”, expresó la joven.
Natalia está de regreso a su país pero ahora no tendrá razón alguna por la cual esconderse.
Aunque debe mantener sus chequeos periódicos, se ha recuperado muy bien de la cirugía y con gran valentía decidió sonreírle a su nueva vida. Su historia es casi milagrosa, pues de no haber sido por el oportuno encuentro con el misionero seguiría escondida detrás de cualquier rincón para evitar las burlas.
La historia de esta joven nos motiva y hace ver que los milagros sí existen. Compártela y demuéstrales a tus amigos que a pesar de tanta maldad, en el mundo aun hay gente dispuesta a ayudar.