Amar y ser amado es la necesidad más esencial que todo ser humano tiene. A pesar de lo que lleguemos a pensar en una situación decepcionante, no podemos vivir sin amor.
Es lo que le da sentido a nuestras vidas y a nuestro ser, una necesidad que, aunque te parezca mentira, es más importante que cualquier necesidad corporal como comer o dormir, es una necesidad del alma y el amor, su respiración.
Nadie mejor en el mundo para hablar de amor y de sueños que los niños. Solo los niños sueñan con volar. Solo ellos crecen sin prejuicios, y aman sin medida.
Samuel solo sueña con tener un hogar
Samuel es un niño lleno de sueños, de ilusiones pero, sobre todo, de mucho amor para dar, incluso a pesar de no haber contado en tres largos años con el afecto de sus verdaderos padres, ya que durante ese período ha permanecido bajo el cuidado de un hogar de crianza en Texas, Estados Unidos.
Su gran anhelo es simple, pero maravilloso, como todos los sueños infantiles: encontrar un verdadero hogar amoroso, y está listo para hacerlo.
“He estado aquí desde el 8 de febrero de 2017”, dijo el pequeño Samuel.
El jovencito de 12 años se siente cansado de vivir encerrado en el ambiente que le ofrecen los servicios de protección infantil, que si bien han cuidado de él durante los últimos 36 meses, también han limitado su vida y su anhelo de reencontrarse en un hogar que le brinde la seguridad de amar y ser amado.
De lo que no se cansa es de conocer y querer a las personas, de hecho, algunas le han servido de inspiración. Incluso dice que quiere abrir un centro de tratamiento residencial, cuando sea mayor.
Según Katie Thomas, su asistente social, el niño tiene una estrecha relación con las personas adultas, ya que es un ser rebosante de amor y cuya personalidad hace que sea muy fácil quererlo. Y es que, para un niño, hacer amigos es más fácil que comer chocolate.
“Tiene la capacidad de amar, y quiere amar, solo necesita que esa familia se arriesgue y le dé un hogar”, aseguró Thomas.
Los niños son seres mucho más simples y vitales que los adultos, por eso conservan intacta la inocencia de la esperanza, lo que los lleva a jugar, a creer y a soñar sin desaliento.
Suelen ser más espontáneos y libres en sus juicios, por eso calculan menos y están más dispuestos a olvidar y a perdonar, y con mayor facilidad aman y son amados.
El amor de los niños, pero, sobre todo, darles el amor que ellos requieren es lo más fácil y natural del mundo.
Y tú, ¿estarías dispuesto a amar sin condición como lo hace el noble Samuel? Esperamos que el deseo de Samuel de encontrar una familia que lo ame y proteja como merece, pronto se vuelva realidad.
Comparte esta bella historia con tus seres queridos, y recuerda que, en lo más profundo de cada uno de nosotros aún somos, y podemos volver a liberar, el niño que llevamos dentro. Difundamos esta historia para ayudar a Samuel a encontrar un hogar.