La tendencia de hacerse la manicura permanente y utilizar técnicas novedosas que ofrecen una decoración con esmalte, gel y otros productos en las uñas cada vez adquiere más auge.
Según las estadísticas, algunos productos utilizados para tratamientos estéticos relacionados a la manicura pueden resultar tóxicos.
En Madrid, cuatro de cada diez locales que ofrecen este servicio no cumplen con las normas establecidas teniendo deficiencias sanitarias.
Este viernes salió a la luz la noticia del cierre de un local del distrito de Puente de Vallecas de la capital española. Dos agentes de la policía local estaban realizando el pasado martes labores de rutina, denunciando al conductor de una furgoneta por aparcar en un vado (garaje), cuando fueron alertados de una irregularidad.
Sintieron un fuerte olor que emanaba de ese inmueble bajo en la calle Manuel Luna 32, un hombre abrió el portón y los agentes pudieron oler los productos químicos.
Decidieron realizar una inspección del local que no estaba identificado y comprobaron que funcionaba como un almacén ilegal de productos químicos. En ese lugar, se dedicaban a manipular, envasar y almacenar los productos sin ningún tipo de licencia.
Tampoco ofrecían protección alguna para los empleados, no tenían un sistema de evacuación de gases adecuado ni otras medidas de seguridad.
Fabricaban diversos productos químicos destinados a los tratamientos de uñas ofrecidos en salones de estética. Las etiquetas estaban en chino, alertaban que son altamente explosivos y que tienen efectos cancerígenos y nocivos.
De acuerdo con lo que informó un representante de la policía, el local estaba separado en dos áreas por medio de un biombo, en un espacio se dedicaban a la exposición de los productos y en el otro mezclaban y envasaban los cosméticos.
Finalmente, los productos eran distribuidos a miles de negocios de manicura establecidos en Madrid y sus alrededores. A juzgar por la cantidad de material incautado, las autoridades presumen que tenían un elevado volumen de ventas.
Cuando los agentes de la policía abordaron a un ciudadano chino, encargado del local, le pidieron los documentos, pero él solamente presentó uno en el que no especificaba las actividades que realizaban.
Simplemente mostró una declaración responsable para actividades económicas que se exige cuando una persona autónoma va a abrir un negocio. Aunque reseñaba que su local se usaría como almacén, no tenía ninguna licencia ni para fabricar ni para distribuir productos tóxicos.
Los productos no son ilegales, los encargados los importaron desde China, pueden comercializarse en España, pero cumpliendo con las medidas de seguridad y los permisos pertinentes.
Las etiquetas advierten que pueden causar reacciones alérgicas, reacciones cutáneas, producir polvo combustible en el aire, causar vértigo, intoxicación al inhalar, irritación ocular e infecciones.
Los trabajadores que estaban en el local no tenían material necesario para protegerse de las emanaciones. Lo único que había era guantes de látex, pero para manipular esas sustancias es necesario tener trajes especiales, mascarillas para las vías respiratorias y gafas.
El conducto de evacuación de vapores que estaba instalado en el techo del establecimiento tenía salida hacia la vía pública, los vecinos y los transeúntes también respiraban tales sustancias.
El material fue incautado. Los técnicos de la Junta Municipal determinarán si se estaba produciendo un delito de salud pública, deben remitir el caso a la Agencia Española de Medicamento y Productos Sanitarios.
Hasta el momento no hay un delito sino una infracción administrativa por no tener licencia de actividad, no hay ningún detenido. El local se quedó cerrado, pero podrá reanudar sus operaciones.
Es importante tener siempre las previsiones necesarias cuando usamos un servicio que pueda exponer nuestra salud a un riesgo. Comparte esta noticia.