A muchas personas les gusta consentirse y dedican bastante tiempo y dinero al cuidado de sus uñas.
Una práctica bastante común entre las mujeres pero el episodio que ha tenido que atravesar la residente de Greensboro en Carolina del Norte, Bethany, puede hacer reflexionar a más de una sobre las técnicas de higiene que utilizan en los salones de belleza.
La amante del manicura, recurrió a su salón de confianza el pasado 17 de octubre para realizarse su manicura y pedicura. Todo parecía ir bien y se fue completamente satisfecha del lugar hasta que sus dedos comenzaron a hincharse y quedaron llenos de sangre y pus.
Una semana más tarde de haber visitado el salón, Bethany comenzó a sentir molestia en los dedos de sus manos. Estos se veían hinchados y le ardían. Ella sospechó de la posibilidad de una infección debido a la presencia de pus.
En principio la mujer intentó remediar el asunto utilizando alcohol para limpiarlos y algunas cremas pero la “solución” parecía haberlo empeorado.
«Una semana más tarde me di cuenta de que tenía unas pequeñas manchas [alrededor de unas pocas uñas] y probé cremas de venta libre y después las empapé con alcohol y peróxido y todo empeoró», dijo Bethany.
La mujer visitó a un especialista que le diagnosticó una infección micótica, contraída en el salón de belleza.
Según comentó Bethany, durante la manicura le habían cortado uno de los dedos y sangró un poco pero no prestó mayor atención. Esta continuó con el servicio y sumergió el dedo de la chica dentro de la popular manicura en polvo.
Su médico le explicó que la infección era por hongos, contraídos al sumergir las uñas en el polvo en que posiblemente otros clientes también las habían sumergido.
Este servicio de manicura por inmersión consiste en que el cliente elige el color a utilizar y sumerge las uñas en el polvo correspondiente. Después se quita el exceso, se aplica un sellador y se repite el proceso según sea necesario.
Son muchas las marcas de manicura en polvo disponibles en el mercado.
Esta técnica es bastante común pero puede tener repercusiones lamentables si no se tiene los cuidados e higienes necesarias.
«Nuestras reglas son muy claras, indicando que una vez que un producto ha entrado en contacto con el cliente, debe desecharse», dijo Lynda Elliott, directora ejecutiva de la Junta de Examinadores de Arte Cosmético de Carolina del Norte.
Las bacterias pueden permanecer en el contenedor por días e incluso semanas por eso no es nada recomendable que el técnico introduzca el dedo del cliente directamente en el envase. Lo mejor es aplicar el polvo sobre la uña y desechar el polvo restante.
Esta mujer ha pagado con sufrimiento esa visita al salón de belleza, así que compartió su experiencia en línea para que el asunto no perjudique a otras personas.
Su historia no busca despertar escándalo pero sí crear consciencia tanto en los técnicos que ofrecen el servicio como en las clientas para que exijan se les brinde la mejor atención posible. Al ir a un salón asegúrate de que tomen las medidas de higiene necesarias.
No te vayas sin compartir y exhortar a tus conocidas. ¡Que un simple descuido no les lleve a sufrir consecuencias tan graves como esta!