Para muchas mujeres el día de su matrimonio es una fecha realmente especial y, algunas, han soñado por ese momento durante años.
En ocasiones su planificación puede tomar varios meses pero para Ashlee y Kaylee Halbert de Texas, Estados Unidos, no había mucho tiempo que perder.
Para estas adolescentes existía el temor de que en ese día especial no contaran con la presencia de su padre Jason, después de que este fuera diagnosticado con un tumor cerebral el pasado mes de abril.
En marzo de este año, Jason tuvo problemas con su vista y dificultades para hablar así que visitó al médico. Después de esto, fue referido a un neurólogo y se le realizó una resonancia magnética que delató una masa en el tronco encefálico.
En principio los médicos no estaban seguros del grado del tumor, así que fue remitido al Centro de Cáncer MD Anderson de la Universidad de Texas en Houston para recibir tratamiento adicional. Allí determinaron que el tumor era inoperable.
Durante el mes de mayo, el padre comenzó con el tratamiento de radiación durante seis semanas junto con un medicamento de quimioterapia adicional y parecía estar tolerándolo bastante bien.
La familia tomó unas vacaciones a México en julio pero al llegar su salud desmejoró.
Jason comenzó nuevamente con las rondas de quimioterapia y dos meses después se sometió a una punción lumbar.
Gracias a esto, los médicos descubrieron que las células cancerosas se habían diseminado significativamente en su líquido cefalorraquídeo.
Su esposa Nicole Halbert y sus hijas Ashlee y Kaylee se estaban preparando para lo peor.
En una reunión familias, los Halbert establecieron una lista de cosas por hacer antes de que la enfermedad le gane la batalla a Jason. Fue entonces que surgió la idea del baile de bodas, las hermanas han soñado con ese momento desde que eran niñas y decidieron tomar el destino en sus manos.
“Esto ha sido algo de lo que mi hija mayor ha hablado y deseado toda su infancia: es un poco romántica y una niña de papá y la idea de todas las cosas que no podría hacer, como bailar con su papá en su boda le dolió mucho”, relató Jasón.
La verdadera boda de Kaylee puede estar muy lejos pues aún no tiene a su prometido; sin embargo, ella y su hermana decidieron hacer un baile de bodas improvisado para recordar siempre ese momento junto a su padre.
Después de un post hecho en Facebook, Kaylee, de 19 años, y Ashlee, de 16 años, obtuvieron no sólo la ayuda de amigos y familiares para hacer realidad ese momento, sino que algunos extraños decidieron sumarse a la iniciativa.
Un fotógrafo y un camarógrafo decidieron capturar completamente gratis el inolvidable momento y la familia obtuvo también una reserva en el Old Dobbin Station en Montgomery, Texas, para que llevaran a cabo el baile.
Los vestidos y los ramos de novia también fueron donados y el 14 de octubre Jason hizo realidad su sueño y el de sus hijas.
Ese día Jason obsequio a cada chica una tobillera azul de topacio con el símbolo del infinito como recordatorio de que siempre estará con ellas.
Se espera que ese sea el objeto azul que las jóvenes lleven el día de sus verdaderas bodas.
“Durante los bailes, vinieron las lágrimas y fue difícil, pero intenté realmente grabarlo en mi mente para recordarlo más tarde. Tenía que asegurarme de que lo estaba haciendo bien. Soy cuidadora y mamá al mismo tiempo. Era trágicamente hermoso», dijo Nicole.
Los vídeos de la celebración serán entregados a cada chica el día de sus matrimonios para recordarles que su padre las acompaña desde el cielo.
Mientras tanto, la familia continuará construyendo recuerdos juntos por el tiempo que sea posible y deseamos de todo corazón que ese período de compartir se prolongue más de lo que dicen los médicos.
No te vayas sin compartir esta emotiva historia. Por favor recuerda valorar a tus seres queridos cuando estén contigo y no tener que recibir una noticia trágica para comenzar a sonreír a su lado.