En la mayoría de los hombres diagnosticados con cáncer de testículo, el tratamiento puede causar mucho estrés y ansiedad. Aunque, una vez finalizado, el paciente siente una mezcla de alivio y preocupación acerca de la posibilidad de que el cáncer reaparezca.
La vida después de ser víctima de esta terrible afección celular, significa regresar a la cotidianidad, así como tomar algunas nuevas decisiones.
Christian Roach es un padre de familia de 41 años de edad a quien hace exactamente un año, en la Navidad pasada, le fue detectado un cáncer testicular.
“Tuve cáncer en Navidad el año pasado, pero no tenía idea”, dijo Roach.
Desde octubre de 2018, el hombre comenzó a sentir ciertos dolores que lo aquejaban en su parte baja, hasta que en enero de este año recibió la terrible noticia que, por momentos ensombreció su destino, el de su esposa y el de sus tres hijos: Chris, tenía cáncer.
Sin embargo, su instinto de supervivencia y el amor por su familia hicieron que Christian se levantara para enfrentar con valentía este nuevo giro del destino y, después de haberle sido extirpado uno de sus testículos, el hombre comenzó a ver la vida desde otra perspectiva.
Aprovechando la época decembrina, decidió hacer algo para crear conciencia en otros hombres acerca de la necesidad de estar atentos y hacerse chequeos periódicos para descartar la posibilidad de sufrir un cáncer.
Para ello, decidió colocar una pantalla de luces navideñas en la que se lee: Check Yr Nuts (Revisa tus nueces), que cuenta con nada menos que 750 focos de luces de hadas, que cuelgan sobre las barandas del frente de su casa.
“Sabía que algo andaba mal y no podía disfrutar adecuadamente la Navidad. Normalmente soy muy burbujeante, pero mis compañeros y la familia dijeron que no era el mismo.
Traté de poner cara de valentía, pero la gente decía que no me parecía a mí. El mensaje con las luces es enorme y realmente importante para mí” dijo el agradecido sobreviviente a esta terrible enfermedad.
Christian afirma que, lo que al principio fue solo un comentario hecho en broma, a Nicole Richardson, su esposa, le pareció una idea genial y lo impulsó a llevarla a cabo, ya que todos los años la familia es famosa en el vecindario por la cantidad de adornos que lucen en su vivienda durante la Navidad.
Sin embargo, este año es diferente pues, no solo la casa de los Roach está brillando, sino que toda la calle se llenó de luz, de alegría y de la esperanza de un nuevo comienzo para él.
Christian afirma que, desde que encendió las conciencias, varios de sus amigos han tomado cartas en el asunto y han permanecido en contacto con él, solicitándole asesoría y han acudido a sus respectivos chequeos médicos.
“Sabía muy poco sobre el cáncer y otras cosas antes, pero es muy importante detectarlo temprano. Si se hace, hay una buena posibilidad de que pueda resolverse. Si las luces pueden ayudar a un solo hombre, entonces ha funcionado”, agregó Christian.
Lamentablemente, los hombres que han padecido cáncer de testículo tienen un mayor riesgo de padecer otros tipos de cáncer. No obstante, todas las personas pueden beneficiarse de la ayuda y el apoyo de otros pacientes, amigos y familiares, grupos de apoyo, consejeros profesionales, entre otros.
Si pasas por esta dolorosa situación, o conoces a alguien que la esté padeciendo, recuerda que también esta enfermedad tan dura, tiene solución. Mientras hay vida, hay esperanza. Comparte esta historia de superación y amor por la vida con tus familiares y seres queridos.