Ante las elevadas temperaturas que siguen azotando el territorio australiano, aunadas al centenar de incendios que parecen incontrolables, las autoridades han salido al paso para hacer una grave advertencia a la población.
Esta mañana, el Gobierno ha alertado a los residentes del noroeste de Victoria, la necesidad inminente de evacuar de sus hogares. Caso contrario correrán el riesgo de quedar atrapados por los incendios forestales.
Es la primera vez en la historia que se declara un «estado de desastre»
A pesar de todo el compromiso de bomberos y voluntarios, y el envío de donaciones y ayudas de organismos internacionales, todo lo que se haga resulta poco en medio de la catástrofe sin precedentes.
Es por eso que hoy han llegado tras esperarlos «como agua de mayo» los efectivos del Cuerpo de Bomberos de los Estados Unidos de América, al aeropuerto de Sidney, para sumarse a la lucha contra el fuego.
Entre vítores y aplausos, han sido recibidos estos héroes en los que muchos ponen toda su esperanza:
El primer ministro de Australia, Scott Morrison, ha advertido que este viernes será «un día difícil para los estados del este», alertando además que «todavía está muy lejos el final de esta crisis».
Morrison ha sido muy criticado por su precaria labor durante los incendios, por lo que precisamente hoy se ha enfrentando a una ola de protestas en las calles.
Dichas manifestaciones han congregado a más de 60.000 personas en las principales ciudades del país, que exigen «una acción real sobre el cambio climático y una financiación real para los servicios de ayuda».
Las protestas han sido lideradas por la organización estudiantil nacional Uni Students for Climate Justice.
«¡Es escandaloso que tengamos que depender tanto de los voluntarios y la caridad para evitar que pueblos enteros sean aniquilados! Exigimos fondos completos para nuestros servicios de bomberos», reclaman.
Mientras que Morrison sólo ha respondido diciendo que dispondrá de barcos frente a las costas de Nueva Gales del Sur, preparados en caso de que tengan que evacuar a los habitantes de las distintas poblaciones del estado.
Un total de 134 incendios todavía permanecen activos, 53 de los cuales son incontenibles.
Junto a los efectivos norteamericanos, un total de 200 bomberos seguirán luchando contra las llamas, después de que el Departamento Rural de Bomberos hubiera anunciado un crítico estado de emergencia:
EMERGENCY WARNING – Dunns Rd & East Ournie Ck (Snowy Valleys LGA)
Strong winds & erratic fire behaviour. Fire spreading quickly in Mt Adrah, Tumblong, Grahamstown & Adelong areas. Seek shelter as the fire approaches. Protect yourself from the heat of the fire. #nswrfs #nswfires pic.twitter.com/EHODK621Ez— NSW RFS (@NSWRFS) January 10, 2020
1.000 millones de animales fallecidos, 6 millones de hectáreas calcinadas, 27 víctimas humanas mortales y 4 bomberos heridos son algunas de las lamentables cifras de esta tragedia.
Se espera que los incendios forestales cobren mayor fuerza este viernes, según el comisionado del Servicio de Bomberos Rurales de Nueva Gales del Sur, Shane Fitzsimmons.
«Usted está en peligro y necesita actuar de inmediato para sobrevivir. La opción más segura es refugiarse en el interior de inmediato. Es demasiado tarde para irse», advierten las autoridades.
En la frontera entre Victoria y Nueva Gales del Sur, dos incendios, el incendio de Green Valley y el incendio de Dunns Road, se han conectado, haciendo un incendio combinado que cubre medio millón de hectáreas.
«Estas próximas horas serán muy, muy desafiantes», dijo el primer ministro de Victoria, Daniel Andrews.
Lo que está viviendo el país océanico es una tragedia de dimensiones astronómicas ante la que no podemos permanecer indiferentes. Es preciso que los gobiernos asuman el rol que les corresponde antes de que sea demasiado tarde. ¡Esperamos de verdad que esta gravísima situación cese y todo el pueblo australiano sienta que no está solo en esta dura batalla!