Joy Milne es una enfermera que comenzó a notar hace muchos años un extraño olor en su marido. Jamás hubiese imaginado que gracias a un hecho tan curioso como ese, terminaría causando un importante descubrimiento científico.
Cuando Joy sintió un olor extraño en Les, le recomendó tomar duchas un poco más largas. Sin embargo, el problema persistió y ella decidió ignorarlo para no herir los sentimientos de su esposo.
Joy vive en la ciudad de Edimburgo en Escocia.
Doce años después, Les fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson. Se trata de una condición neurodegenerativa que se caracteriza por la pérdida de dopamina y problemas de movimiento.
Joy apoyó a su esposo a lo largo de todo el tratamiento y cuando asistió a una terapia grupal para personas con esta enfermedad volvió a sentir ese viejo olor.
Joy describe el olor como muy similar al almizcle.
Sospechó que podía tener algo que ver con la enfermedad así que decidió consultarlo con especialista, el Dr. Tilo Kunath. Los especialistas sabían que la piel se ve afectada durante las diferentes etapas de la enfermedad.
Esto, a su vez puede causar diferentes olores. En otras enfermedades como la diabetes, se ha comprobado que sí pueden tener un aroma específico pero esto no había sido comprobado con el Parkinson.
“Joy me preguntó si el Parkinson tenía un olor característico. Nunca había escuchado algo así pero su pregunta quedó dando vueltas en mi cabeza”.
Fue entonces cuando decidieron trabajar de cerca con Joy por su delicado sentido del olfato. Realizaron varias pruebas en las que tomarían en cuenta el olor de pacientes con Parkinson y todo para comprobar su enorme capacidad para reconocer diferentes aromas. Los resultados fueron sorprendentes.
Kunath es un neurobiólogo de la Universidad de Edimburgo.
Con el paso del tiempo, Joy logró identificar ese extraño olor a madera en la camiseta de diferentes pacientes. Incluso llegó a reconocerlo en una persona que todavía no había sido diagnosticada.
Gracias al olfato de Joy, comprobaron nueve meses después que el dueño de esa camiseta estaba sufriendo de Parkinson.
Joy acertó con su olfato en el 100% de los casos. La prueba desarrollada por los especialistas acierta en 9 de cada 10 casos.
Gracias al curioso descubrimiento de Joy, comenzaron a realizar investigaciones más profundas para saber qué era lo que causaba ese olor tan característico.
Se trata de un sebo que se produce en la parte superior de la espalda y ahora han realizado pruebas especiales que permitirán realizar un diagnóstico mucho más temprano y acertado de esta delicada enfermedad.
El Parkinson es muy difícil de identificar en sus primeras etapas porque comparte síntomas con otras enfermedades.
Les, el esposo de Joy, perdió la vida debido a una serie de complicaciones por el Parkinson. Sin embargo, el instinto de su dedicada esposa ha ayudado a generar una valiosa prueba que ayudará a que miles de pacientes reciban un diagnóstico más acertado y puedan salvar sus vidas.
¿Qué opinas del curioso descubrimiento de Joy? Comparte esta para dar a conocer el enorme avance en la medicina que generó una enfermera y dedicada esposa.