Aunque los libros no deberían ser desechados a la basura, en muchos casos terminan en vertederos en lugar de ser aprovechados por otros lectores.
Pero, por fortuna existen personas como José Alberto Gutiérrez, un recolector de basura de Bogotá, Colombia, que lleva dos décadas recolectando libros que son tirados y ha creado una excepcional biblioteca.
Cuando este hombre encuentra un libro lo limpia, lo lleva a su casa y lo guarda como un preciado tesoro que mas tarde será exhibido en su original y funcional biblioteca.
Durante los últimos 20 años, José ha estado en una misión personal de salvar libros que la gente generalmente deja al lado de los contenedores de basura.
José ha rescatado 25.000 libros que actualmente están disponibles en la biblioteca fundada por él mismo en el barrio La Nueva Gloria, un barrio de bajos ingresos en el sur de Bogotá.
“Crecí aquí y te puedo decir que obtuve un doctorado en marginación y pobreza”, José.
Los libros ocupan toda la planta baja de su casa, están ubicados en grandes muros y montañas de páginas.
Con el pasar del tiempo los residentes de la localidad comenzaron a darse cuenta y algunos visitantes le preguntaban si podían pedirle prestado uno o dos libros para ayudar a sus hijos a prepararse para la escuela.
Aunque la colección de José comenzó con el libro “Anna Karenina” de Leo Tolstoy, hoy en día el número total de libros recuperados está sobre los 25.000 según el último recuento, y todo su esfuerzo se convirtió en una biblioteca comunitaria: “La Fuerza de las Palabras”.
La familia de José se ha involucrado en todo este proyecto y lo ayuda en la coordinación de las recolecciones, organización de los libros, el trabajo administrativo y planificación de otros eventos.
El propósito de José, más que inculcar el amor por los libros es intentar ayudar a los niños y ofrecerles una ventaja en su educación.
“Todo el valor de lo que hacemos se basa en ayudar a los niños para que comiencen a leer,” dijo José.
Cuando todo esto comenzó la única escuela de la comunidad no tenía una biblioteca propia, pero una donación de José cambió esa situación. Y desde entonces José ha donado materiales de lectura a 235 escuelas y a comunidades.
“Los niños aquí no tienen un lugar para estudiar y a cambio de sus estudios tienen que empezar a trabajar temprano”, añadió José.
Hoy la biblioteca se ha convertido en un elemento de la ciudad y él ha sido invitado a ferias de libros y elogiado por los periódicos locales.
Ahora cuenta con una biblioteca móvil que se ha construido en una vieja ambulancia, e incluso hay planes para construir un verdadero edificio de ladrillo.
Sus compañeros de trabajo y colegas también se han dedicado a recolectar los libros y saben exactamente dónde llevarlos si encuentran alguno.
Comparte esta encantadora historia que nació por la voluntad de un ángel en la tierra para ayudar a los más necesitados con “la fuerza de las palabras”.