Paig Dobson es una joven de 18 años que tuvo una adolescencia bastante tormentosa, su mandíbula superior sobresalía tanto que era imposible que su dentadura calzara.
Cada vez que movía la boca o intentaba sonreír, la piel de su mentón se arrugaba en extremo y hacía que pequeños hoyuelos rodearan su mandíbula. Esto la hizo merecedora de burlas y de que muchos de sus compañeros la rechazaran por lucir diferente.
Paig es de Netheravon, Wiltshire.
La joven intentó muchas veces que su defecto físico pasara desapercibido manteniendo una expresión neutra, sin embargo, esto la hizo lucir como si estuviera todo el tiempo molesta, en palabras de Paig “constantemente miserable”.
Durante muchos años sufrió de intimidación en la escuela, sus compañeros incluso la perseguían de la casa a la escuela solo para molestarla.
Durante dos años y medio tuvo aparatos.
Su condición le impedía hacer cosas comunes para jóvenes de su edad, tomarse fotografías le resultaba muy incómodo, por lo general tapaba la mitad de su rostro para ocultar aquello que tanto la acomplejaba.
Su madre constantemente le preguntaba por qué siempre estaba seria, la joven solo podía argumentar que se sentía miserable.
Paig durante mucho tiempo usó aparatos ortopédicos con la esperanza que sus dientes calzaran algún día y poder mejorar su apariencia.
Tras la operación estuvo conectada durante 15 días debido a la hinchazón.
Su ortodontista le informó que si bien los aparatos podían mejorar sus dientes, su mandíbula necesitaba un tratamiento extra, por lo que le sugirió la osteotomía bimaxilar en el Hospital del Distrito de Salisbury en Odstock, en Wiltshire.
La joven muy emocionada aceptó realizarse la cirugía que sin duda, cambió por completo su vida. La operación duró un poco más de cinco horas, alinearon su mandíbula y la aseguraron con placas de metal y tornillos.
Los médicos fracturaron la mandíbula para poder calzarla nuevamente.
Su cambio fue tan radical que cuando la mamá de Paig y una amiga entraron a la habitación después de la operación no la reconocían de perfil.
La joven comenta que la cirugía no solo ha cambiado su mandíbula, también su nariz y el resto de las facciones de su rostro.
La recuperación no fue fácil pero Paig insiste en que valió la pena.
Un año después de la operación la joven parecer sentirse más viva y feliz que nunca, ahora solo piensa en sonreír y ganar la confianza que hace años había perdido.
Verse en el espejo es sentir que tiene una nueva vida. Al respecto la joven comenta:
Cuando miro hacia atrás en la imágenes antes de mi operación, es como si estuviera mirando a una persona completamente diferente, es extraño.
No es solo el exterior de lo que ves, sino también el interior, definitivamente me ha hecho una persona mucho más fuerte”.
No podemos negar que las palabras hirientes de otras personas pueden perjudicar emocionalmente a alguien. Ahora Paig confía más que nada en ella misma y disfruta de una hermosa sonrisa, sin duda, la operación tuvo un impacto no solo por cómo luce sino por cómo se siente.
Antes de juzgar a alguien por su apariencia, lo mejor es ser respetuosos, tolerantes y comprender su realidad con empatía. Comparte esta historia.