La pérdida de un familiar debería convertirse en un momento de unión entre los deudos. Pero muchas veces la codicia de algunos hace de ella un calvario. Así sucedió en Colombia cuando los parientes de un difunto dejaron el féretro a la deriva, e iniciaron una fuerte contienda.
Una familia colombiana protagonizó un bochornoso episodio en el cementerio San Miguel de Santa Marta.
Al principio todo marchaba con normalidad, gente llorando, vestidas con ropa de luto, y rememorando hechos vividos con el fallecido.
Pero cuando el féretro fue ingresado al sitio donde descansarían los restos del finado, comenzó la contrariedad.
Uno de los familiares hizo un reclamo a viva voz, sobre la razón por la que su difunto no había sido llevado a la iglesia a recibir la eucaristía que corresponde en esos casos.
Todas las miradas se dirigieron a la enojada persona, y de inmediato el ambiente se volvió un caos total.
Los ánimos se caldearon y en lugar de estar atentos del ataúd, lo dejaron en el suelo justo en medio del camposanto, nadie lo lloraba ni le prestaba la menor atención.
Todos hablaban y gritaban a la vez, y no faltó una que otra bofetada entre mujeres iracundas que reclamaban con voces destempladas, y caras llenas de ira.
“Se decían de todo. Eso era vulgaridades, y fuerte pelearon allí. Una de las señoras recibió una cachetada de la otra”, relató Jair Molinares, el sepulturero del cementerio.
Jair Molinares, sepulturero
Lo increíble del asunto es que la pelea se originó porque el difunto había dejado en vida el dinero para pagar la misa que debían hacer en su funeral, y nadie sabía dónde estaba, ni qué habían hecho con él.
No pudieron ponerse de acuerdo en nada, y no les quedó más remedio que enterrarlo así mismo, ni siquiera tenía una lápida que lo identificara.
El sacerdote del cementerio estaba asombrado de tener que presenciar tan vergonzoso espectáculo.
«La pelea es por asuntos de plata, de por qué no se pagaron los servicios si tenían con qué hacerlo, por qué no se le hizo al difunto la cristiana sepultura como debía ser cuando había las condiciones económicas para hacerlo. Ese fue el florero de Llorente», dijo Fajib Yacub, párroco del lugar.
Fajib Yacub, párroco
La noticia fue transmitida por un conocido canal de noticias colombiano, y las imágenes de lo sucedido inundaron las redes sociales.
Los comentarios y opiniones no se hicieron esperar, hasta al párroco recibió duras críticas en las redes.
“El sacerdote hablando de falta de principios, ¿falta de principios?, empezando por ellos que si no les pagan la misa entonces no la hacen, ¡por Dios!”, dijo un usuario.
Otros internautas deploraron el comportamiento asumido por los inconscientes familiares.
“Lastimosamente hay familias así, que solo piensan en el dinero y no les importa los sentimientos ni respetan a los muertos”, opinó otro internauta.
Es una real pena que sucedan cosas como estas. Pero hasta de lo malo se aprende, para que nadie repita situaciones tan lamentables que desdicen del ser humanos, y de los sentimientos que deberían albergar en sus corazones.
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