El papel que desempeñan los paramédicos al momento de prestar un servicio es vital para la persona afectada, ya que de ellos dependen los primeros auxilios médicos que hacen la diferencia entre la vida y la muerte.
Esta historia rinde homenaje a estos profesionales que constituyen el soporte de la atención primaria que garantiza la vida, al estabilizar al paciente en cualquier situación de riesgo gracias a su destreza técnica, ética y vocación de servicio.
Hace algunos días, la policía de Pasadena, en California, Estados Unidos, compartió un impresionante vídeo que muestra a uno de estos héroes anónimos rescatando a una pareja de adultos mayores que extrañamente cayeron en un cañón, mientras realizaban senderismo en Rubio Canyon, un popular sitio para excursionistas.
Alrededor de las 4:30 de la tarde del pasado sábado, una mujer de 69 años que estaba de excursión en compañía de un hombre, por alguna extraña razón terminaron alejándose del camino y se perdieron.
Cuando los paramédicos y los socorristas llegaron en helicóptero a la escena, descubrieron que la mujer colgaba aferrándose con todas sus fuerzas a unas raíces que sobresalían de un acantilado.
Sin pensarlo, el grupo de voluntarios puso manos a la obra y se las arregló para bajar a uno de los trabajadores del servicio de emergencia a través de un arnés, hasta que el hombre logró colocarse en posición correcta, en el momento justo antes de que la mujer perdiera el control y cayera en el fondo de una caverna.
La arriesgada misión fue capturada por las cámaras de un famoso medio televisivo de Los Ángeles, y las imágenes muestran al heroico voluntario agarrando a la mujer de su camisa para luego alzarla en peso y ponerla en un lugar seguro.
Una vez que se recuperó de la conmoción, la mujer se reunió con su acompañante en un fuerte abrazo y ambos fueron escoltados hasta un claro de la montaña, a pie.
“Conozcan a mi heroico salvador”, puede leerse en la leyenda de la foto publicada por la víctima en su cuenta de las redes sociales.
Afortunadamente, las únicas heridas sufridas por la pareja de excursionistas no pasaron de unos cuantos rasguños y heridas menores, por lo que no fue necesario que recibieran atención médica.
Después del hecho, simplemente continuaron con su caminata y seguramente llegaron a casa con una nueva e interesante experiencia que contar a sus amigos, además de algunas fotos para el recuerdo de un día accidentado, pero, afortunadamente, sin mayores incidentes que lamentar más que algunos moretones y, eso sí, un buen susto.
“De no haber sido por las rápidas y diligentes acciones del rescatista, todo podría haber terminado drásticamente”, añadió la senderista.
Bien está lo que bien acaba, y nuestro heroico protagonista definitivamente reúne todos los requisitos principales que debe tener un buen paramédico: vocación de servicio, ética, facilidad de comunicación, sentido de la urgencia, además del esfuerzo y mucha dedicación para afrontar las situaciones tan diversas que se le presentan.
Los médicos, paramédicos y rescatistas no son ángeles, súper héroes sin capa, ni están tocados por Dios. Tampoco son inmortales, son profesionales, que actúan apegados a la ética, y a su corazón, debemos reconocer y agradecer su valentía. Comparte este rescate.