Cuando tenemos un sueño, generamos un ideal de aquello que nos gustaría vivir y disfrutar. A veces, lo logramos, otras, no tanto. Sin embargo, como quiera que sea, nace en nosotros una nueva motivación, tan extraordinaria como para hacer lo imposible por ver nuestro máximo anhelo hacerse una realidad.
La vida no es concebible sin sueños. Son la gasolina que necesitamos para conseguir el éxito que perseguimos, y así nos lo demuestra Janel Drewis, de Oakland, California, Estados Unidos, quien soñó y soñó con fuerza, y trabajó duro hasta que su esfuerzo obtuvo su premio.
Esta joven es una animaker quien desde 2009 se trazó una meta muy específica. Tras iniciar la licenciatura en Artes y ampliar su bagaje para la creación de vídeos, se hizo una foto frente a los estudios de Pixar, de Disney, con la leyenda: “algún día”, y la publicó en su cuenta de las redes sociales.
“Trabajar para Disney/Pixar es y ha sido mi sueño desde que era una niña”, dijo Janel, en aquella ocasión.
«Hace poco más de diez años, mi primo me tomó esta foto fuera de las puertas de Pixar, y la publiqué en Facebook con el título «¡Algún día!» Bueno, esta mañana firmé mi contrato para comenzar en Pixar como animador en unos meses. Estoy infinitamente agradecida con toda mi familia y amigos que me han ayudado a llegar, les debo todo. No es una mala publicación de cierre de la década, ¿eh?»
Hoy, casi once años más tarde, Drewis publicó una nueva foto en el mismo lugar, pero, esta vez, el texto que la acompaña dice “primer día”.
Y es que, tras varios años de estudios y arduo trabajo, su constancia se ha visto gratificada al haber sido contratada finalmente por los prestigiosos estudios de animación. La mezcla de ambas fotografías ha causado un gran asombro entre los usuarios de las redes, generando múltiples comentarios de admiración y respeto a la determinación de esta joven.
“Primer día”
Incluso, muchas personas se han proyectado y visto reflejadas en la historia de Janel Drewis, y lo han comunicado en respuesta a través de sus comentarios.
“He llorado al ver esto. Aunque ahora ya no dibuje como antes (el problema se llama depresión), todavía tengo ese sueño. Muchas gracias por compartir esto, me has inspirado de verdad”, puede leerse en una de los miles de comentarios que ha recibido la publicación.
Qué importante es tener sueños, metas, desear algo con locura y luchar por alcanzarlo hasta lograrlo y luego plantearse otro reto aún mayor, ¿no crees?
Los niños viven llenos de sueños, pero nunca somos demasiado mayores para soñar. La edad no existe cuando sabemos lo que queremos.
Janet acompañada de Mister Toblerone su fiel amigo
El placer de perseguir y trabajar para conseguir un sueño no se encuentra en la meta, la mayor felicidad se produce durante el camino. El sueño alimenta nuestra acción, y nos ayuda a saborear cada paso dado, por pequeño que sea, como una victoria y un escalón menos en nuestro ascenso a la gloria.
Los sueños nos apartarán de las cuestiones y pensamientos negativos. Cuando vivimos en la persecución de ellos, nuestra vida se cubre de pasión.
Ten years ago, I said “One day”
Yesterday, I said “Day One” pic.twitter.com/2XYtziH5xF
— Janel Drewis (@the_jan_man) March 3, 2020
Sin embargo, puede parecer una paradoja, pero algo hay que tener muy presente. Pensar que serás feliz cuando logres ser famoso, cuando publiques tu libro, cuando des conferencias o cuando ganes tanto o cuánto dinero es una solemne pérdida de tiempo.
Simplemente porque si no sabes disfrutar de las pequeñas cosas, no te servirá de nada tener más dinero o más éxito porque seguirás sin valorar aquello que realmente importa y que no se puede comprar.
La vida se disfruta cada instante.
Por eso, comparte esta historia con tus seres más queridos y no intentes construir la casa por el tejado. Busca en tu interior, siéntete bien con lo que tienes, conócete, descúbrete, quiérete y después, solo después, pregúntate si merece la pena luchar por tus sueños.