Kari Kolstoe nunca imaginó que su viaje en crucero podría convertirse en una amenaza para su vida. Kari se encuentra luchando contra el cáncer neuroendocrino que se ha extendido por todo su cuerpo y está en etapa terminal.
Han sido unos meses realmente devastadores para ella y su marido y pensaron que lo mejor sería tomar un merecido descanso.
Kari tiene 60 años de edad.
Por desgracia, el creciente brote de coronavirus cambió todos los planes. El crucero se dirigía desde Hawai a San Francisco. Sin embargo, una vez terminó su recorrido tuvo que permanecer en la costa porque varias personas estaban presentando síntomas de Covid-19.
“Esto es muy estresante. Tengo miedo de pensar que no podré volver a casa”.
En aquel momento, se estaba declarando el Estado de Emergencia en todo el país y era necesario tomar medidas urgentes para evitar que los contagios siguieran aumentando tan drásticamente.
Kari no podía bajar del crucero y sólo pensaba en que debía regresar al hospital para continuar con su siguiente ronda de quimioterapia. Su vida estaba en peligro.
“Mi situación hace que tenga mayor riesgo. Hay muchas razones que indican que no debo seguir acá”.
Los miembros de la tripulación realizaron pruebas en varios de los pasajeros y parte de la tripulación.
Días después llegaron los resultados con la noticia que muchos temían: 21 personas habían dado positivo para el Covid-19. Kari y su esposo permanecieron aislados en su habitación y no podían hacer más que temer por su salud.
“En el barco nos dan comida y nos tratan muy bien. Hacen sus mejores esfuerzos pero esto es tan extraño que realmente ha sido horrible”.
Pasaron largos días y la pareja seguía en el camarote. Veían televisión y trataban de recibir algo de información a través de las noticias. La situación se estaba volviendo realmente difícil para Kari así que recibió algunos medicamentos para poder mantener la calma.
Los pasajeros del barco permanecieron 11 días en cuarentena.
Finalmente, permitieron que los pasajeros bajaran de allí sin informarles siquiera a dónde serían trasladados. Kari y Paul querían ser de los primeros en salir de allí, tomando en cuenta su estado de salud. Por desgracia, esto no fue posible.
“Queríamos tener prioridad pero al parecer había personas mucho más afectadas”.
Los Kolstoe, al igual que otros pasajeros del Grand Princess, fueron trasladados a la base de la fuerza aérea de Travis. Allí recibirán atención médica y continuarán bajo observación para asegurarse de que todo marche en orden.
Esperamos que Kari pueda continuar su lucha contra el cáncer lo más pronto posible. Es una pena que lo que debía ser un merecido descanso se convirtiera en una tensa cuarentena.
Comparte esta nota apoyar a Kari en estos momentos tan difíciles. En medio de esta crisis debemos tomar medidas para protegernos entre todos.