No hay nada que una madre no esté dispuesta a hacer por el bien de sus hijos. El amor maternal es un vínculo demasiado fuerte y eso ha quedado claro tras las devastadoras noticias que se encuentran enfrentando muchas familias en la ciudad de Catacamas en Honduras.
“Madre sólo hay una. Tenemos que cuidar a los más pequeños”.
Al parecer, los niveles de inseguridad no hacen más que aumentar. La población debe enfrentar incontables situaciones de injusticia como asaltos y robos, pero ahora las cosas han llegado muchos más lejos.
Comenzaron a surgir rumores sobre bandas que robaban a los niños. Varias madres se encuentran con el corazón roto sin saber nada sobre el paradero de sus pequeños.
“Si la policía me pregunta por qué ando con un machete, es porque no me puedo dejar de nadie”.
Una mujer del poblado llamada Luisa Isabel Paguada decidió que no se quedaría de brazos cruzados. Cada vez que lleva a su hijo a la escuela se prepara con un enorme machete.
En caso de toparse con los maleantes no piensa dejarlo todo a las autoridades ya que en muchas ocasiones simplemente no llegan a tiempo a las emergencias más terribles.
“¿Qué tenemos qué hacer? Unirnos. Llevar nuestro machetes y nuestros leños”.
Luisa Isabel camina con paso firme. En una de sus manos toma a su pequeño, y con la otra lleva el machete.
“Hay mucha zozobra. El día en que se acerquen a mí van a tener que acabar conmigo antes de llevarse a mi hijo”.
Para muchos, sus acciones pueden resultar algo exageradas. Sin embargo, la situación de Honduras es realmente lamentable en cuanto a seguridad y es necesario que las familias tomen las medidas necesarias para protegerse.
Los asaltos suceden en cuestión de segundos. Todo ocurre tan rápido que muchos no saben cómo reaccionar para evitar una tragedia.
“Hay muchos rumores. Una de mis nueras me contó que un señor hirió a una muchacha para quitarle al niño. Yo ya he visto automóviles sospechosos”.
Luisa Isabel no es la única madre que se encuentra alzando la voz. Varias representantes de esta escuela se encuentran apoyándola ante la lamentable situación. El bienestar de los niños es de vital importancia y debemos asegurarnos de que su vida no sufra ningún peligro.
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