La pérdida de una madre es uno de los sufrimientos más dolorosos. Por eso, un grupo de jovencitos en Brasil decidieron dar ánimos a un compañero que pasaba tan triste situación, el conmovedor instante se viralizó en las redes sociales.
Daniel Oliveira es un niño de 13 años que vive con su familia en Aparecida de Goiânia, un municipio brasileño del estado de Goiás.
Cierto día su madre se sintió mal, un dolor de cabeza la llevó a ir al médico. Sin embargo, el temible dolor persistió y de manera repentina un aneurisma le cegó la vida.
Daniel Oliveira
“Sentía un fuerte dolor de cabeza, siempre quiso ir al médico y concertar una cita. Ella lo hizo y dijo que no tenía nada. En el último minuto, tuvo un fuerte dolor de cabeza, muy fuerte y falleció. Están muy estremecidos. Ella fue muy amada por todos. Siempre ayudó a todos», expresó el triste hijo.
Daniel formaba parte de la Guardia infantil, un proyecto social para ayudar a los jóvenes para insertarlos en el campo laboral y complementar la parte educativa en niños de diez a dieciséis años de edad. El grupo está formado por 120 niños, allí se promueven valores éticos, morales y sociales de sus integrantes, y su protección ante situaciones de vulnerabilidad.
El niño era un miembro activo, le fascinaba participar en todas las actividades, pero la tristeza que lo embargaba, lo hizo apartarse esos días.
Sus compañeros se preocuparon y decidieron hacer una marcha de un kilómetro desde las instalaciones de la Guardia hasta su casa para expresarle su apoyo y solidaridad, y de esa manera motivarlo para que siguiera en la Guardia infantil.
“Muy emocionados, todos se unieron, apoyándome después de lo que sucedió. Me conmovió mucho. Me estoy adaptando ahora, me estoy recuperando un poco más. Regresé a la lucha, a la guerra y sigo adelante”, dijo el valiente niño.
Daniel recuerda los sabios consejos de su madre, ella siempre quiso lo mejor para él, y estaba decidido a cumplir sus deseos de que fuera un hombre honesto.
“Ella quería que me graduara, que fuera alguien en la vida. Crecer, tener un buen estudio, un trabajo”, explicó Daniel con nobleza.
Una de las que tuvo la iniciativa de ir hasta la casa de Daniel fue su compañera Débora Cristina, quién ha estado pendiente de su amigo y tratando de cuidar su dolido corazón.
“Cuando perdió a su madre, decidimos consolar de alguna manera su corazón, siendo nosotros su propia familia. Me gustó hacer esto porque ayudamos a otros, estoy seguro de que el próximo nos ayudará. Me sentí bastante cómoda con eso”, expresó la compasiva niña.
Sus compañeros le hicieron una canción motivadora para ayudarlo a salir del terrible dolor que lo embargaba. Célio Dias, comandante del grupo quedó gratamente sorprendido y muy contento cuando los niños le plantearon lo que pensaban hacer, les dio su apoyo y lo consideró una gran enseñanza para todos.
Sin duda, Daniel siempre llevará el recuerdo de su amada madre en su corazón mientras viva, pero con el apoyo de sus compañeros y amigos seguirá con ánimo hacia adelante.
Comparte este hermoso gesto con todos tus amigos y seres queridos, para que valoremos la solidaridad y empatía con las personas que nos rodean.