Desde el momento del terrible diagnóstico, y siguiendo las recomendaciones de los médicos, un dulce ancianito de 87 años permaneció aislado, encerrado en completa soledad en una habitación de un hospital de Wuhan, China, ciudad epicentro principal del nuevo brote de coronavirus que golpea con una fuerza devastadora a la humanidad.
Después de incontables semanas de encierro y sufrimiento, el anciano pidió volver a disfrutar de una tarde de sol antes de volver a entrar al hospital, y el momento fue captado en imágenes por Chenchen Zhang, mismas que le han dado la vuelta al mundo llenando de esperanza y humanidad a todos los usuarios de las redes sociales.
La propagación del coronavirus se ha esparcido a todos los países del mundo, causando una honda desesperación en la población, con miles y miles de personas que luchan contra la enfermedad en salas de aislamiento, solo acompañadas de la fe y la convicción de poder volver a sus vidas normales en un corto plazo.
Sin embargo, la imagen del anciano frente a una puesta de sol es un relámpago de esperanza para el mundo entero en tiempos tan aciagos y oscuros como los que estamos viviendo.
El doctor con el ancianito observando la puesta de sol
La fotografía ha tomado por asalto las redes sociales reinstaurando en la gente la fe perdida en las cosas realmente importantes en la vida, algo que, sin duda, nos hace falta para enfrentar la crisis que nos asola a todos por igual.
Y es que, como es sabido, nuestro amigo octogenario forma parte de la población más vulnerable a esta nueva enfermedad, por lo que llevaba mucho tiempo recluido sin poder respirar el aire fresco, disfrutar de una suave brisa matutina o, simplemente bañarse con los rayos del sol.
Es por esto que cuando estaba siendo trasladado de un ala del hospital a otra, el hombre aprovechó para acercarse a uno de sus doctores y pedirle el sencillo favor de ayudarlo a poder disfrutar de unos minutos de luz natural.
“¿Podemos salir, doctor? Quisiera recordar, antes de partir, aunque sea por un breve instante, cómo es el mundo allá afuera”, dijo dulcemente el anciano.
Después de evaluar cuidadosamente la situación, el equipo médico accedió con entusiasmo a la petición del abuelito y, aprovechando las calles desiertas lo llevaron a detenerse en el paisaje ahora límpido, puro y libre de contaminación. Una de las pocas ventajas que nos ha traído el virus del COVID-19.
La escena del anciano al lado de su médico de cabecera bajo el sol brillando alto en el cielo cada vez más azul, ha causado un gran impacto en el mundo entero, tanto por sus protagonistas, como por su bello significado.
“El sol brilla alto en un cielo completamente limpio y despejado. El paciente está en su camilla, disfrutando del aire libre y apuntando con su mano los distintos detalles que nota en la ciudad vacía”, describió maravillado un usuario de las redes sociales.
Alrededor del mundo, miles de personas alabaron la disposición de los médicos y la fortaleza del anciano que sigue luchando contra el terrible flagelo del coronavirus, en una franca demostración de que la esperanza no debe perderse nunca, y que solo juntos y unidos sobreviviremos para disfrutar de otro día de sol.
Comparte esta hermosa historia con tus seres queridos, familiares y amigos, y no olvides que aún en estos tiempos de crisis, después de la tormenta, siempre viene la calma.