Consuelo Garrido, la madre de Miguel Ángel Blanco, el concejal del Partido Popular secuestrado por ETA y que finalmente acabaron con su vida dos días después en julio de 1997, ha perdido la vida por culpa del coronavirus.
Chelo, como cariñosamente la llamaban, perdió a su esposo, Miguel Blanco el pasado 12 de marzo por causas naturales. Todavía no se había declarado en España el estado de alarma.
Según fuentes cercanas a la familia, su salud estaba deteriorada y no logró sobrevivir a un problema intestinal. Durante los últimos años su esposa se había dedicado a atenderlo.
A pesar de que la situación por la pandemia no era tan grave en ese momento, no pudieron darle el último adiós que querían. La familia quería enterrar sus restos en Galicia, de donde son originarios y donde reposan los restos de su hijo Miguel Ángel. Pero tuvieron que limitarse a incinerarlo.
Chelo no quiso permanecer en la vivienda que habitaba en la capital del País Vasco, en Vitoria, y decidió regresar a Madrid para estar cerca de su hija, María del Mar.
Una semana después de la llegada de Chelo a Madrid para pasar unos días con su hija y sus nietas, le diagnosticaron coronavirus.
Lamentablemente no logró sobrevivir al covid-19, se contagió en Madrid y recibió atención médica domiciliaria. Su estado de salud empeoraba cada vez más y tuvieron que trasladarla al hospital donde finalmente fue ingresada.
Pero por desgracia a las pocas horas murió, completamente aislada, tal y como les ha sucedido a miles de españoles que no han podido superar el letal virus. Tal y como establece el protocolo en estos casos, el cuerpo de la mujer fallecida ha sido trasladado a la morgue que han improvisado en la capital española en el Palacio de Hielo de la Comunidad de Madrid.
Su familia espera que cuando sea incinerada y se estabilice la situación de la pandemia, puedan darle sepultura para que sus restos reposen junto a los de su querido hijo en Galicia.
Chelo murió apenas 18 días después de despedirse de su esposo en un velatorio íntimo en Vitoria. No imaginaba que se reencontrarían tan pronto dejando a su familia devastada.
Desde la sede del Partido Popular del país vasco lamentan la triste noticia.
“La madre de Miguel Ángel Blanco tenía una luz especial, era una mujer muy buena. Te daba muchísima paz, a pesar de llevar una carga tan pesada”.
“Era una familia super bondadosa, sencilla y espléndida. Eran muy buenos. Yo me quedo con eso, con que eran gente buena de verdad. A pesar de lo que les pasó, siempre tenían una buena sonrisa, una buena cara, un buen gesto. Te abrían su casa de par en par. Con la desgracia que pasaron fueron un ejemplo. Los dos, de bondad, a pesar del sufrimiento siempre se deshacían en atenciones cuando ibas a verlos.» Es el comentario de una amiga de la familia.
Compartamos un mensaje de solidaridad con los seres queridos de la pareja que partió al cielo junto a su amado hijo.